Aznar justifica el ataque y pide consenso
El presidente del Gobierno solicita a la oposición que "deje un espacio para la aproximación y el acuerdo de futuro"
José María Aznar conoció a las ocho de la tarde del miércoles los planes de ataque a Irak que le contó por teléfono George W. Bush y habló tres horas después con el líder de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, para avanzarle que la ofensiva era inminente. Ayer reunió a las 9.30 a su gabinete de crisis para analizar los primeros bombardeos. Después leyó una declaración institucional de apoyo a la guerra contra Irak como contestación al "desafío consumado" por Sadam Husein "al ignorar la obligación de desarme" y "rechazar la última oportunidad". Tras este pronunciamiento, el presidente del Gobierno pidió consenso al PSOE. "No pretendo que nadie renuncie a sus posiciones. Pero sí pido a todos que se deje un espacio para la aproximación y el acuerdo de futuro".
"Había opciones más cómodas, pero no queremos trasladar al futuro los riesgos presentes"
Los dos vicepresidentes, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato, y los ministros de Defensa, Federico Trillo; Exteriores, Ana Palacio; Interior, Ángel Acebes; y Hacienda, Cristóbal Montoro, analizaron la crisis durante hora y media con el presidente del Gobierno. Aznar compareció unos minutos después de las doce del mediodía ante los periodistas. Desde la puerta del edificio en que celebra los Consejos de Ministros y antes de partir hacia Bruselas dónde asiste a las sesiones del Consejo Europeo, leyó una declaración institucional donde se pronunciaba a favor de los bombardeos sobre Bagdad: "En esta disyuntiva, no hay espacio para la neutralidad, la indiferencia o la equidistancia. Hemos asumido nuestras responsabilidades. Había opciones más cómodas, pero no queremos trasladar al futuro los riesgos que debemos afrontar en el presente".
En esa clave y ante unos hechos consumados con el inicio de la guerra, Aznar dirigió su oferta de consenso pública al líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el único interlocutor de la oposición al Gobierno con el que ha hablado el presidente del Gobierno en las horas decisivas, previas a la guerra.
El presidente expuso su propuesta de consenso en estos términos: "En las últimas semanas hemos debatido de manera exhaustiva y en todos los ámbitos posibles todos los aspectos de esta crisis. No pretendo que nadie renuncie a sus posiciones, pero sí pido a todos que se deje un espacio para la aproximación y el acuerdo del futuro".
El "espacio para la aproximación y el acuerdo del futuro" que enunció Aznar es, según fuentes próximas al presidente, el surgido del nuevo escenario creado tras el inicio de la guerra en Irak. "Ya se ha pasado página. No toca seguir discutiendo sobre la posible intervención o no de las tropas españolas en el conflicto, puesto que todas estas cuestiones han sido ya decididas por el Ejecutivo y comunicadas al parlamento".
El presidente del Gobierno pretende, según las mismas fuentes, un acercamiento progresivo con el PSOE en el "acuerdo de futuro" sobre tres aspectos: la reconstrucción de Irak, el horizonte de Oriente Medio y la recomposición de los organismos internacionales, tras la división en la ONU y la Unión Europea.
A su vez, Aznar encargó al vicepresidente primero, Mariano Rajoy, que hablase con los portavoces de los demás grupos parlamentarios para informarles de la situación internacional, la de Irak y la participación española en el conflicto.
En una línea conciliadora, y consciente de la oleada de opinión contraria a la guerra existente en España, Aznar trató, según fuentes gubernamentales, de limar los aspectos más belicistas del conflicto: "Quiero trasladar la seguridad de que las capacidades del despliegue militar se utilizarán de modo que puedan reducirse al mínimo los daños y la pérdida de vidas humanas, muy especialmente entre la población civil". A lo que añadió: "El Gobierno dará la prioridad que exige responder con eficacia y con rapidez a las necesidades de atención humanitaria de los refugiados y desplazados por el conflicto. A esta dedicación dedicaremos nuestro mayor esfuerzo".
Responsabilidad de España
También adelantó sus pretensiones para el futuro: "España puede y debe asumir una responsabilidad significativa en la recuperación de la vida civil y en la estabilización del Irak después del conflicto. Reafirmamos la relevancia que España atribuye al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en ese proceso que será,sin duda, difícil, pero también esperanzador y lleno de futuro para Irak y para el conjunto de la región. Entre las oportunidades que se abren, y no menos importante, es la que permita situar el conflicto palestino en la vía de un acuerdo pacífico y duradero. A ello dedicaremos nuestros esfuerzos y exigiremos que nadie eluda lo que le corresponda hacer".
El presidente del Gobierno reiteró su conocida tesis, expuesta en el Parlamento, de que la ofensiva respeta la "legalidad internacional en su espíritu y en su letra", recordando los precedentes existentes "cuando la comunidad internacional, ante el dilema de quedar paralizada o actuar decidió frenar el genocidio y la violación sistemática de los derechos humanos y de los principios de convivencia entre las Naciones".
Volvió a invocar la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada hace cinco meses, como base legal a su actuación, pues "el régimen iraquí ha consumado su desafío a la legalidad, ignorando las obligaciones de desarme exigidas por las Naciones Unidas durante doce años".
Y también volvió a justificar la participación de España en la guerra contra Irak por la complicidad de Sadam Husein con el terrorismo. "Reafirmamos nuestra solidaridad y nuestro compromiso en la lucha contra el terrorismo, contra las armas de destrucción masiva y contra aquellos estados que no respetan las bases mínimas de convivencia internacional".
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