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Reportaje:AMÉRICA LATINA

Unos depósitos con demasiados lastres

Los bancos españoles en Argentina temen el efecto de la redolarización de los depósitos

Alejandro Rebossio

El año 2003 tal vez sea mejor para los bancos españoles en Argentina que en 2002, pero tampoco bueno. En el mismo país donde un año atrás cuatro de cada cinco argentinos decían que jamás volverían a confiar en el sistema financiero después del corralito, los depósitos de casi todas las entidades están recuperándose desde hace nueve meses y ha reaparecido el crédito a corto plazo.

El Banco Francés y el Río se enfrentan, por su tamaño, a un coste mayor que otros competidores a la hora de devolver los depósitos

El Banco Francés (68% del BBVA) y el Banco Río de la Plata (99% del SCH) cuentan, cada uno, con un 10% de los ahorros argentinos. En el pasado reciente se enterraron las amenazas de que hacían las maletas. Sin embargo, la incertidumbre prevalece en el horizonte de la banca local. La Corte Suprema de Justicia falló hace dos semanas a favor de la redolarización de los depósitos de la provincia de San Luis (centro del país), que el Gobierno de Eduardo Duhalde había convertido de divisas a pesos en enero de 2002. Más temprano que tarde, el tribunal supremo de Argentina se pronunciará sobre la constitucionalidad de la pesificación de los ahorros de particulares, el llamado corralón. Pocos dudan de que también se inclinará por redolarizarlos.

Los bancos están preocupados porque carecen de los dólares suficientes, y por eso esta semana los principales banqueros visitaron al presidente de la Corte, Julio Nazareno.

Los operadores de Bolsa y las entidades financieras temen que la sentencia a favor de San Luis genere una avalancha de recursos de amparo de los ahorradores en demanda de su dinero. Lo quieren en dólares y de inmediato. Por esa vía ya salieron 3.721 millones de dólares del sistema bancario desde enero de 2002. De ahí que la acción del Banco Francés haya caído el 8,88% en la Bolsa de Buenos Aires en la mismo semana de la sentencia sobre San Luis. En los círculos financieros se espera que el coste de la redolarización, unos 2.492 millones, corran por cuenta del Estado; es decir, por cada dólar depositado, el cliente recibiría el 65% en efectivo del banco y el 35% en un título público a largo plazo. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, rechaza esa posibilidad onerosa para un Estado en suspensión de pagos, impopular para la ciudadanía e ilegal en opinión de algunos juristas. Duhalde dejará probablemente esa decisión para su sucesor, que surgirá de las elecciones del 27 de abril. Existe otra opción menos deseada por los bancos: que negocien con los usuarios la devolución de los dólares en un plazo mayor al establecido (los pesos del corralón se iban a devolver entre este año y 2005) y que el Estado los compense con bonos. Pero los patrimonios de las entidades ya se encuentran lo suficientemente dañados, porque el 60% de sus activos consiste en los devaluados títulos soberanos de Argentina, que deberán reestructurarse en los próximos dos años. En el caso del Río, la cifra asciende al 58%, mientras que en el del Francés, al 57%.

Mayor coste

Ambos bancos, de capital español, enfrentan, por su tamaño, un coste mayor que otros competidores a la hora de devolver depósitos. Ninguno de los dos se unió a la veintena de entidades que este año comenzaron a reintegrar por adelantado los ahorros del corralón. No lo hicieron porque antes deben devolver al banco central los redescuentos que percibieron el año pasado ante la falta de liquidez del sistema financiero. Prefieren aguardar al fallo de la Corte. Además, el Río se encuentra en plena reestructuración de una deuda de 850 millones de dólares que vencen este año.

La mejora de la liquidez en los últimos meses aún resulta escasa para que los bancos argentinos puedan volver a prestar de manera normal, más allá del financiamiento por tarjeta de crédito. Para ello se necesita que se establezcan las compensaciones del Estado a los bancos por la salida de depósitos redolarizados por la vía de amparos y por la pesificación de los créditos en moneda norteamericana. También resta definirse la redolarización de los depósitos y el modo de devolverlos, y que avancen las negociaciones de la deuda pública. Además, deben sanearse las carteras de crédito de las entidades, según advierten los informes de las agencias Fitch y Moody's. El colapso económico del año pasado elevó los índices de morosidad de menos del 5% al 12,26% en el Francés, y al 18,2% en el Río, sobre todo por los incumplimientos de grandes empresas.

Los bancos españoles se agazapan, mientras tanto, y esperan mejorar el resultado de 2002. El Francés se concentra en la prestación de servicios bancarios y ha desarrollado productos de banca de inversión. El director regional del BBVA, Vitalino Nafría, asegura que lo peor de la crisis ya pasó, pero desestima la posibilidad de que la filial argentina genere beneficios en 2003 y 2004. El Francés perdió el año último 1.242 millones de pesos (386 millones de dólares) y recortó su estructura: cerró 70 oficinas (22% del total) y despidió a 880 empleados (17%). La subsidiaria del SCH también ha reducido su actividad, pero se ha atrevido a lanzar créditos para la compra de automóviles y la exportación de pymes. En 2002, el Río perdió 1.109,8 millones de pesos (345 millones de dólares), eliminó el 24% de sus sucursales (65) y el 30% de los puestos de trabajo (1.800).

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