La leche, un campo de batalla
Los nacionalistas hacen boicot a los productos Pascual y recurrirán la nueva norma del yogur por dejar de comprar leche en Cataluña
Ganaderos, algunos partidos nacionalistas catalanes y la propia Consellería de Agricultura de la Generalitat andan enzarzados en las últimas semanas en una batalla contra la empresa Pascual por el abandono de la recogida de leche en esa comunidad. La decisión de no seguir adquiriendo leche en esa región fue interpretada por ganaderos y algunos políticos nacionalistas como una represalia del grupo lácteo contra Cataluña por la falta de apoyo de Convergència i Unió al cambio en la denominación del yogur aprobada por el Gobierno el pasado mes de junio.
El exceso de oferta de leche barata en el norte provoca en la industria un reajuste de rutas de recogida para bajar el coste del transporte
Este rechazo a la retirada de Pascual se ha traducido en una campaña de boicot contra los productos de esa firma láctea con el asentimiento de la conselleria de Agricultura. La ofensiva ha ido especialmente dirigida contra los postres actualmente denominados yogures pasteurizados después de la fermentación, de acuerdo con la nueva normativa. La decisión de Pascual ha servido, además, para reavivar la vieja guerra del yogur, capitaneada por Danone, al anunciar el Gobierno catalán su decisión de recurrir la normativa que beneficia a Pascual.
El pasado mes de enero, Tomás Pascual no se podía imaginar que el reajuste de rutas de recogida por el exceso de oferta en otras zonas más cercanas a sus centros de transformación y el abandono de unos 25 millones de litros en Cataluña, pudiera provocar esta polvareda, y mucho menos que resurgiera una guerra del yogur que se dio por terminada hace casi un año. La retirada de la empresa arandina de Cataluña, comunicada con solo varias semanas de antelación, cayó por sorpresa entre los ganaderos que informaron de la situación a la conselleria de Agricultura de la Generalitat. Desde allí se trataronde buscar salidas con otros compradores ubicados en la comunidad autónoma, desde firma regionales a la multicional Danone. Tras la retirada de Pascual, los ganaderos están vendiendo la leche más barata. Pascual se considera víctima de una guerra electoral.
Exceso de oferta
El sector de la leche de vaca en España atraviesa una situación difícil ante el agravamiento de los problemas que se arrastran desde hace una década. En origen, hay una producción de leche que podría superar casi en dos millones la cuota de 6,1 millones de toneladas fijada por la UE. Mientras no se arregle esa situación, hay un exceso de leche en el mercado y bajos precios en todas las zonas, especialmente en Galicia y la cornisa, que son la ruina para los ganaderos. La leche líquida sigue siendo, un producto reclamo para la gran distribución.
En ese contexto, las industrias que operan en el segmento de leche líquida se enfrentan a graves problemas de rentabilidad que les obligan a ajustar sus estructuras de costes para mejorar su competitividad. En los últimos meses, una de las medidas adoptadas ha sido la nueva reducción de los precios en primavera. Una segunda decisión ha sido el ajuste o la redistribución de rutas de recogida para reducir gastos de transporte.
En esta estrategia estaría el abandono de Pascual de sus compras en Cataluña o Extremadura por ser zonas lejanas a sus puntos de transformación. Tanto Pascual como Clas habrían cerrado sus compras en Portugal; Puleva redujo sus compras en Asturias y Danone habría abandonado igualmente compras en Castilla y León y Navarra. Pascual señala que la compra de leche en Cataluña les suponía un incremento de costes por el transporte de 0,05 euros por kilo. El abandono de una serie de rutas vendría marcado, además, por la presión del Gobierno gallego para comprar leche en esa comunidad donde tiene una planta y recibió ayudas para su instalación.
Tampoco salían las cuentas en Central Lechera Asturiana y se produjo la caída del vicepresidente, Jesús Fernández. En el caso de Pascual, parece que las ventas de yogur no han sido todo lo elevadas que se esperaba. En medios del sector se insiste que, al margen de las medidas externas, Pascual debería buscar soluciones dentro de casa dando un vuelco a su equipo directivo e implantando un nuevo modelo de gestión.
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