Lagos y Fox se inclinan por la abstención o el voto negativo en el Consejo de Seguridad
Los presidentes Lagos y Fox declaran que han recibido presiones de EE UU para votar a favor
El presidente Ricardo Lagos ha comenzado a dar señales de que el vital voto de Chile en el Consejo de Seguridad de la ONU se inclinará por la abstención o el rechazo a la política de Estados Unidos sobre Irak, aunque fuentes gubernamentales aseguran que aún no ha tomado la decisión. Entretanto, el presidente mexicano, Vicente Fox, comunicó a su homólogo de EE UU, George W. Bush, su desacuerdo con un ataque a Irak sin el aval de la ONU y, según se deduce de una entrevista periodística, lo rechazará en una votación del Consejo de Seguridad.
Lagos se reunió en la tarde de ayer con los presidentes de los partidos políticos, del Senado y de la Cámara de Diputados. El presidente socialista explicó que todavía hay espacio para la paz, detallar todas las gestiones que ha llevado a cabo y decir que no cree necesario llegar a una guerra.
Lagos contó ayer que recibió el martes una llamada telefónica del presidente George W. Bush, quien le planteó la necesidad de una pronta definición. Su respuesta fue defender el punto de vista chileno de que "nos parecía muy importante establecer un conjunto de condiciones que debe cumplir Sadam Husein" para el desarme, que son las que pide el informe del jefe de inspectores, Hans Blix. Entre éstas, sostuvo Lagos, Blix quiere interrogar a 300 científicos.
Las presiones de Washington han arreciado en los últimos días. Al espionaje telefónico y de correo electrónico se sumó la pretensión de alterar cláusulas ya acordadas del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Chile, que todavía está pendiente de ratificación parlamentaria en ambos países. Chile y México, los votos latinoamericanos en el Consejo de Seguridad, han mantenido una estrecha coordinación en los últimos días y tanto Lagos como Fox han dialogado además con otros presidentes latinoamericanos. Aunque la situación puede cambiar, a ambos países les convendría tener un voto similar ante el inevitable malestar que una abstención o un rechazo desataría en Washington, según advierten los observadores.
Las dos fuerzas políticas más cercanas al presidente en la coalición gobernante, el Partido Socialista, en el que milita Lagos, y el Partido por la Democracia (PPD), le pidieron ayer votar por la paz y contra la guerra. "El TLC no vale una guerra", afirmó el presidente del PPD, Guido Guirardi, mientras soltaba una paloma blanca en La Moneda. La Democracia Cristiana, el mayor partido de gobierno, rechaza la guerra, aunque hay matices. Sólo en los sectores más cercanos al pinochetismo existen opiniones a favor de EE UU.
Entretanto, el presidente mexicano, Vicente Fox, comunicó a Bush su desacuerdo con un ataque a Irak sin el aval de la ONU y, según se deduce de una entrevista periodística, lo rechazará en una eventual votación del Consejo de Seguridad. "¿Es difícil decirle no al presidente de Estados Unidos?", se le preguntó. "Pues, francamente no, porque hemos construido una amistad y una relación diferente, basada en la seriedad". Bush, "muy cortés", no ceja. "Trata de convencer insistentemente, pero nosotros hemos actuado con firmeza y soberanía y apegados a nuestras convicciones: la paz y la búsqueda de la solución de los conflictos por la vía del diálogo".
El gobernante respondió, telefónicamente, a la cadena Televisa desde el hospital Militar de Ciudad de México, donde convalece de una intervención quirúrgica en la columna vertebral, efectuada el miércoles. "¿Ha sentido las presiones de cara a esta situación?", le preguntaron. "Sí, de alguna manera...".
La situación de su país, miembro no permanente del Consejo de Seguridad, es delicada. Debe votar con Estados Unidos porque lo aconsejan los intereses comerciales y económicos nacionales, instó Héctor Rangel, presidente del Consejo Coordinador Empresarial. Los hombres de negocios temen represalias. México comparte 3.200 kilómetros de frontera con Estados Unidos, casi el 90% de sus exportaciones son compradas por el mercado norteamericano; si la economía estadounidense se contrae, la mexicana se desploma, y 3,5 millones de mexicanos residen ilegalmente en el norte. Un acuerdo migratorio es la prioridad del Gobierno en política exterior.
El gabinete de crisis efectúa consultas con los diferentes sectores para tomar una decisión "de Estado, no personal", según Fox. el 69% de los mexicanos rechaza un ataque unilateral, según una encuesta de la Coordinación de Imagen y Opinión Pública de la Presidencia.
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