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Condenado a 15 años de cárcel un cura por abusos sexuales a seis monaguillos

La Audiencia de Pontevedra declara al Obispado de Tui responsable civil subsidiario

La Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado al sacerdote Edelmiro Rial a 15 años de cárcel por diez delitos de abusos sexuales y otros dos en grado de tentativa a seis adolescentes a los que daba clase en el instituto público de Baiona y que le ayudaban como monaguillos en su parroquia de Baredo. El cura tendrá que indemnizar a las víctimas con 44.000 euros, cantidad de la que se ha declarado responsable civil subsidiario al Obispado de Tui-Vigo, ya que Rial cometió los hechos valiéndose de su condición de representante eclesiástico. Tanto el sacerdote como el Obispado recurrirán.

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La Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra ha condenado al sacerdote Edelmiro Rial, de 39 años, al dar por buenos los testimonios prestados durante el juicio por los seis menores que fueron objeto de los abusos. Los hechos se remontan a 2001, cuando los adolescentes tenían entre 14 y 15 años. Todos ellos eran alumnos de Rial en el instituto de Baiona, donde éste impartía clases de religión por encargo del Obispado de Tui, y a la vez le ayudaban como monaguillos en la parroquia de Baredo, administrada por el sacerdote.

Además de los 15 años de cárcel y la indemnización de 44.000 euros, a Rial se le prohíbe acudir durante tres años a Baredo y se le inhabilita como profesor durante el tiempo que dure la condena.

Durante el juicio, el propio Rial reconoció que se había acostado con todos los chicos en dependencias de la casa parroquial, pero sostuvo que cuando alguno se quedaba a dormir compartían la misma cama para combatir "la humedad y el frío" del edificio. El tribunal descarta completamente esa versión y aduce que algunos de los "actos lúbricos" de los que es acusado el cura se produjeron en los meses de verano. "No es lo más usual ni acostumbrado", sostiene la sentencia, "que un cura párroco se acueste sistemáticamente con un menor en su cama cuando éste último se encuentre en casa a solas con él".

Por el contrario, el tribunal concede toda la verosimilitud a las declaraciones de los adolescentes, por su "persistencia" y por la falta de móviles de "resentimiento, venganza, enemistad o animadversión" hacia el cura tanto por parte de los muchachos como de sus familias, que mantenían con el religioso una "relación óptima". Los dos peritos psicólogos también descartaron "taxativamente que los menores fabularan los hechos". El tribunal valora que los jóvenes y sus familias mantuvieron la denuncia contra Rial pese a sufrir la "incomprensión, el desprecio y hasta la actitud insultante y conminatoria de una parte del vecindario". Un grupo de vecinos de Baredo defiende a capa y espada la inocencia del cura y ha convocado para mañana una manifestación en su apoyo.

La sentencia admite que el sacerdote no empleó "violencia ni intimidación" contra los muchachos, quienes dieron su "consentimiento" a los actos sexuales. Pero los magistrados entienden que Rial actuó en una "situación de prevalencia que venía derivada de su doble condición de profesor y cura párroco", lo que imponía a los chicos una "obediencia y subordinación".

El letrado del sacerdote alegará en su recurso que los magistrados de Pontevedra basan su fallo en una deducción única a partir del hecho de que los muchachos dormían con Rial.

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