Las 5 universidades públicas participan en la primera convocatoria de redes biomédicas

Con una financiación de 738.000 euros, la Miguel Hernández es la institución valenciana que más fondos ha obtenido en la mayor convocatoria de ayudas a la investigación biomédica realizada hasta hoy en España y la primera en que los candidatos, sean grupos de investigación o bien centros, concurren aglutinados en redes temática. La Universitat de València ha conseguido una cantidad menor, pero también significativa, en torno a 560.000 euros, cifra muy similar a la alcanzada por el Hospital La Fe. El Ministerio de Sanidad, a través del Instituto de Salud Carlos III ha concedido 55 millones de euros a diversas instituciones científicas para el desarrollo de redes temáticas de investigación cooperativa, en la primera de cuatro convocatorias que con esta finalidad se realizarán hasta 2005. Algo más de una sexta parte, 3.700.000 euros, ha ido a parar al conjunto de la Comunidad Valenciana, muy por debajo de Cataluña, que recibirá 19 millones de euros.

Las cinco universidades públicas valencianas, que participan en la convocatoria a través de sus distintos centros y grupos de investigación, se repartirán cerca 1.700.000 euros. El resto ha sido concedido a hospitales, sobre todo, y otras entidades, como el Instituto de Biomedicina, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.

Los dos institutos punteros de la Miguel Hernández, el de Neurociencias que dirige Carlos Belmonte, y el de Bioingeniería de Bernat Soria se llevan los bocados más sustanciosos, con alrededor de 280.000 euros cada uno, pero también el departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina tiene una importante participación en dos redes: una de centros que investiga "determinantes, mecanismos, métodos y políticas en epidemiología y salud pública" y otra de grupos (INMA) sobre infancia y medio ambiente. Para hacerse una idea del funcionamiento de la convocatoria, en la primera red señalada, participan, además de la Facultad de Medicina alicantina, 10 centros de Andalucía, Aragón, Cataluña, Madrid y Murcia y dentro de cada centro hay más de un grupo de investigación implicado. Los fondos asignados por el Ministerio están repartidos entre los elementos (nodos) de cada red, pero éstos comparten objetivos y complementan sus esfuerzos. "En general, ha habido una reducción presupuestaria del 40 o 45 % respecto a lo solicitado", señala el epidemiólogo Jesús Vioque, implicado en las dos redes, "pero nos hemos reunido para redistribuir las ayudas". Cooperación es una de las palabras clave. Lo que ahora reciben los investigadores es la primera anualidad de la convocatoria. Para acceder a las tres restantes, habrá que rendir cuentas cada año. "Confiamos repetir los tres años que quedan", afirma Vioque.

El Instituto de Neurociencias, como centro por un lado y a través de tres grupos de investigación diferentes por otro, participa en cuatro redes. La ayuda concedida más voluminosa es para la "investigación en red de las enfermedades neurológicas", con 155.000 euros. Cada red tiene un coordinador estatal. En la Comunidad Valenciana hay cuatro coordinadores. Uno de ellos era Carlos Belmonte, pero ha renunciado a esta función por no estar demasiado conforme con "cómo está organizada" la red "ni con el enfoque que se le ha dado".

En la Universitat de València, la Facultad de Farmacia participa en otra de las sólo once redes de centros subvencionadas, la red investigación de enfermedades tropicales o RICET, de la cual es subcoordinador el catedrático de Parasitología y Biología Celular Santiago Mas Coma. "El trabajo de esta red", explica Mas Coma, "se va a focalizar en enfermedades parasitarias", entre las cuales la malaria es la más importante. El investigador valenciano se felicita de que el Ministerio haya potenciado un proyecto de estas características, puesto que aunque "España fue muy buena antes del franquismo" en medicina tropical, en la actualidad es un área emergente. Entre las funciones de esta red está la de formar especialistas, que son pocos por ahora en nuestro país, así como aportar " tecnología, infraestructuras y mejora de vacunas". Para ser candidato a esta convocatoria, explica Mas Coma, un centro debía tener al menos tres grupos de excelencia investigadora, en este caso encabezados por él mismo, María Dolores Bargues y José López Miñarro. Una vez obtenida la financiación (106. 622 euros), "queremos integrar a nivel interno" a los hospitales Clínico y General", agrega este experto valenciano en enfermedades tropicales.

Por la Universitat de València han obtenido también ayudas en esta convocatoria de Biomedicina grupos investigadores de Psicológía, Biológicas, Medicina, Química y dos institutos: el de Física Corpuscular y el de Historia de la Ciencia López Piñero, por su participación en un total de diez redes temáticas. Por su parte, varios grupos de investigación de la Universidad Politécnica participan en cuatro redes temáticas de esta misma convocatoria. Entre ellos, el grupo de Redes y Computación de Altas prestaciones que lidera Vicente Hernández, actual vicerrector de Investigación. En la red IM3 de Imagen Médica y Multimodalidad (análisis y tratamiento de la imagen médica) participan, con la Politécnica, y entre más de 30 centros españoles, la Asociación para el Desarrollo de la Investigación en Resonancia Magnética, el Instituto de Física Corpuscular, el Hospital 9 de Octubre y la Facultad de Química, "cinco instituciones que ya habían trabajado juntas", subraya Hernández. Lo positivo de trabajar en red, advierte este investigador, "es que se complementa el trabajo de unos y otros y no se duplican esfuerzos". En este sentido, "la coordinación ha de ir de abajo arriba, primero en la universidad, después en el nivel regional y de ahí pasar al estatal y al europeo".

En la Universidad Jaume I han concurrido con éxito a la convocatoria grupos de la Escuela de Tecnología y Ciencias Experimentales y la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, integrados en dos redes diferentes. La Escuela Universitaria de Enfermería de la Universidad de Alicante también forma parte de una red subvencionada.