Jorge Ignacio Palma niega haber matado a Marta Calvo: “Sólo quería pasar un buen rato”
El autor confeso de la desaparición de la joven insiste en que la descuartizó y la tiró a los contenedores de basura
Jorge Ignacio Palma, de 38 años, autor confeso de la desaparición de Marta Calvo y presunto asesino de Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas, no se ha desviado este miércoles de la confesión que hizo cuando se entregó en diciembre de 2019 a la Guardia Civil y reconoció que la joven murió accidentalmente en su casa de Manuel (Valencia) y se deshizo de ella descuartizándola y tirando sus restos a contenedores de basura. El acusado ha negado haber matado a Marta Calvo ni a ninguna otra mujer. Ha afirmado que cuando se despertó, después de pasar la noche con ella, “no respiraba y se me vino el mundo encima. Pensé en suicidarme. Solo quería pasar un buen rato”, ha declarado. Marisol Burón, madre de Marta, lo ha llamado a la salida de la vista “cobarde”. “Si quería suicidarse, por qué no lo hizo. ¡Es un cobarde!”, ha exclamado.
Palma, con antecedentes por tráfico de drogas, está siendo juzgado desde hace cuatro semanas en la Audiencia Provincial de Valencia ante un jurado popular por los tres presuntos crímenes y desde que se entregó a la Guardia Civil, en diciembre de 2019, siempre ha mantenido que la muerte de Marta Calvo fue un accidente y ha negado su responsabilidad en el resto de muertes.
El acusado se enfrenta, tal y como reclama la Fiscalía, a 130 años de cárcel por 11 delitos de abuso sexual —tres de ellos como medio necesario para un delito de homicidio y siete para un delito de lesiones—; y un delito contra la salud pública. La familia de Marta Calvo, acusación particular, piden para el procesado la prisión permanente revisable. Las otras víctimas personadas en la causa también reclaman esta pena, mientras la defensa ha solicitado la absolución.
En las casi tres horas de interrogatorio —no ha respondido a la Fiscalía ni a las acusaciones particulares—, Palma ha reconocido que contrató los servicios de Marta Calvo durante varias horas porque era su cumpleaños. La recogió en su coche, se fueron a su casa y después de varias horas juntos, la joven le pidió parar porque no se encontraba bien. “Nos dormimos y cuando desperté, la miré, la moví, noté el tacto extraño, y no le encontré el pulso. No respiraba y se me vino el mundo encima”, ha relatado.
El procesado, prolijo en palabras y gestos en su declaración, asegura que no avisó a Emergencias para que auxiliaran a la joven porque no le pareció oportuno. “Solo quería pasar un buen rato. Pensé en mis antecedentes por drogas, mi nacionalidad colombiana y la contratación de servicios sexuales”, ha apuntado dando a entender que todo ello lo podía hacer culpable. Finalmente desechó la idea del suicidio porque es cristiano y porque no había matado a nadie, ha manifestado en el único instante en que ha perdido el aplomo durante la sesión.
Palma, que lleva dos años y siete meses en prisión, reconoce que descuartizó a la joven porque tenía que sacarla de casa para que su madre, que iba a visitarlo horas después, no la descubriera. No tenía garaje y la calle donde vivía en Manuel era muy pequeña y todo el mundo estaba pendiente del vecindario, ha justificado. “Qué más daba, si iba a suicidarme. Hice algo terrible y lo admito”, ha dicho respecto al desmembramiento de la joven, una versión a la que los investigadores de la Guardia Civil no dan credibilidad después de meses de indagaciones. El procesado ha reconocido, además, que tardó 21 días en entregarse en el cuartel —concretamente el 4 de diciembre de 2019— “porque tenía miedo” a lo que pudieran hacerle.
“Yo también soy un ser humano. He sufrido mucho”
Una pregunta formulada por el jurado: “¿Desea dar una nueva ubicación del cuerpo de Marta?”, ha hecho que Palma enmudeciera durante unos segundos. “No tengo ánimo de martirio, si quisiera disfrazar los hechos hubiera contado otra cosa; conté lo que ocurrió, y eso me hace quedar mal, me pone bajo una luz extraña, pero yo tengo que contar lo que ocurrió, y fue eso”, ha respondido. .
Durante su fuga ha reconocido que se refugió en diferentes puntos de la comarca de La Safor, que era una zona que conocía. Usó el transporte público y se afeitó en los aseos de los supermercados donde compraba la comida. Descartado el suicidio, ha añadido, decidió entregarse. “Yo también soy un ser humano. He sufrido mucho”, ha recalcado tras pedir perdón a la familia de Marta Calvo.
El presunto triple homicida ha reconocido que carece de permiso de residencia y trabajo en España y que ganaba unos 900 euros mensuales en la hostelería, recolectando fruta en el campo o pintando casas. El dinero le daba para todo porque “era muy ordenado y ahorraba”, ha respondido a preguntas del jurado. Ha negado además que traficase con drogas, aunque sí consumía, y ha reconocido que utilizaba servicios de prostitutas de manera habitual, pero que no mató a ninguna. “Antes de que el caso de Marta Calvo se hiciese mediático a mí no me habían acusado de nada”, ha declarado.
El procesado ha descrito que acudía a pisos de prostitución en un horario muy variado: “He ido en todo el abanico de horarios porque funcionan las 24 horas”, y en un 40% de esos contactos ha admitido que solicitaba la fiesta blanca [consumo de drogas durante el servicio sexual] que “no he descubierto yo, existe desde hace décadas”, ha precisado.
Acerca del uso erógeno del estupefaciente, el acusado niega haber metido droga en los órganos genitales de las mujeres a las que contrataba para servicios sexuales. “Si se le pone droga a una chica en el pecho, es para consumirla, si no qué sentido tiene”, ha afirmado de manera hipotética.
A la salida del juzgado, Marisol Burón, madre de Marta Calvo, que tampoco da credibilidad a la versión del acusado de que la descuartizó, le ha llamado “cobarde” y ha insistido en que acabe con su dolor y confiese dónde está su hija “porque es el único que lo sabe”. Pilar Jové, abogada de la familia de Calvo, ha añadido que la declaración de Palma es “una tomadura de pelo”: “Ha hablado de tópicos típicos, no ha contestado absolutamente a nada con contundencia, se ha mantenido en la declaración de siempre y se ha contradicho”, ha criticado la abogada.
Isabel Carricondo, también abogada de la acusación particular, ha definido la declaración de Palma de “genérica, llena de contradicciones y ambigua”. “Me encantaría tener una economía tan saludable: no entiendo cómo se puede llevar ese nivel de vida con unos ingresos de 900 euros mensuales que, según él, obtenía recogiendo fruta y con trabajos esporádicos”, ha apostillado.
Con la declaración de Palma, el juicio entra en su recta final. En los próximos días está prevista la presentación de informes y conclusiones, a las que seguirán las deliberaciones del jurado popular hasta que haya un fallo.
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