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La madre de Marta Calvo: “Quiero recuperar a mi hija, me la ha robado”

Marisol Burón declara en el juicio contra Jorge Ignacio Palma, autor confeso de la desaparición de la joven valenciana y presunto asesino de otras dos jóvenes

Los padres de Marta Calvo, Sergio Calvo y Marisol Burón, a su llegada este martes a la Ciudad de la Justicia de Valencia, donde han declarado en el juicio contra Jorge Ignacio Palma.Foto: rober solsona (Europa Press) | Vídeo: Europa Press
Cristina Vázquez

“Es muy fuerte que dijera que se encontró muerta a mi hija y que la descuartizó. ¿Por qué a mi hija? Eso hay que oírlo. Y que la había metido en bolsas de basura y repartido en contenedores. Como si mi hija fuera basura”, ha declarado, en un tono desgarrador, Marisol Burón, madre de Marta Calvo, este martes en la undécima sesión del juicio contra Jorge Ignacio Palma, el autor confeso de la desaparición del cuerpo de la joven desaparecida cuando tenía 25 años, que aún no ha sido hallado, y supuesto asesino de otras dos jóvenes.

La madre de Marta ha rememorado que se volvió loca cuando los agentes de Homicidios de la Guardia Civil la llamaron para darle las malas noticias: Palma había confesado en el cuartel de Carcaixent, donde se entregó 21 días después de la desaparición de su hija en la localidad de Manuel tras un encuentro sexual con el acusado. Dirigiéndose al jurado, Burón ha pedido justicia para su hija: “Quiero recuperar a mi hija, necesito su cuerpo. Me ha robado a mi hija, mi duelo y no puedo vivir así. Esto es una muerte lenta para una madre. Y aquí estoy, no vengo por venganza, lo juro, vengo por hacerle justicia a mi hija”.

El juicio contra Jorge Ignacio Palma ha entrado de lleno este martes en la desaparición de Marta Calvo en noviembre de 2019, después de 10 sesiones en las que han declarado otras presuntas víctimas del acusado. Además de la madre de la joven, ha declarado el padre de Marta, que, al igual que Burón, ha pedido conocer el paradero de su hija y justicia para ella y la demás jóvenes.

La Fiscalía pide penas para Palma que suman 130 años de prisión como responsable de tres delitos de homicidio: el de Calvo, la brasileña Arliene Ramos y la colombiana Lady Marcela (24), 11 delitos de abusos sexuales y un delito contra la salud pública. Las acusaciones particulares califican el principal delito de asesinato con alevosía y reclaman prisión permanente revisable. Está previsto que el juicio dure hasta mediados de julio.

Angustiada, la madre de Marta Calvo ha recordado en el estrado los días más aciagos de su vida. Ha contado que ambas ultimaban la apertura de un negocio de estética de cuyos gastos se iba a hacer cargo Burón. “Íbamos a montar un negocio que iba a pagar yo, un centro de belleza. Pero ella me dijo que me ayudaría, que iba a ejercer de escort una temporada. Por ayudarme”.

Burón tenía con su hija una comunicación muy intensa: “Mi hija era todo bondad. Yo le decía: ´Marta, ten cuidado’, y ella me contestaba: ´Tranquila, mamá”. El último contacto fue un wasap enviado por Marta a su madre a las tres de la madrugada del 6 al 7 de noviembre: “Me dice que está en casa de un chico y me manda la ubicación”. Pasó el día siguiente sin noticias de su hija después de abrir y comprobar la ubicación. Pero el viernes decidió pasar por la casa de su hija en Valencia, donde encontró todo perfecto pero sin los efectos más personales de la joven.

La madre de Marta se fue a trabajar, pero a media tarde le dio un ataque de ansiedad y se plantó en la localidad de Manuel. Fue a la casa que su hija le había indicado en el mensaje, pero nadie le abrió a pesar de que había luz. Preguntó en los alrededores quién vivía allí y le dijeron que era un chico al que conocían solo de vista. Volvió a llamar a la casa y finalmente le abrió Jorge Ignacio Palma, “arreglado, con las manos en los bolsillos” y le dijo que no había podido abrirle antes porque estaba duchándose. La madre de Marta le preguntó dónde estaba su hija y le contestó que no la conocía. “Ni me miraba a los ojos”, ha recordado Burón. Incluso le dijo que si no le creía pasara a su casa para comprobarlo, pero ella declinó. “Tengo esa pena de no haber pasado, igual mi hija estaba aún ahí”, ha manifestado en la sala.

Todavía dejó pasar el sábado, pero el domingo la madre se fue a denunciar a una comisaría de la Policía Nacional en Valencia. “El agente me dijo: ‘Señora, su hija, siendo lo que es, igual está en Palma de Mallorca o en Ibiza e igual viene con 20.000 euros´. Me puso de mala gana una denuncia de siete líneas”, ha testificado Burón. Siguió pendiente del móvil y con la preocupación desbocada y volvió a la casa de Manuel, pero ya no había nadie. Averiguó que era una casa alquilada, consiguió el contacto con los caseros, habló con ellos, pero le dijeron que la casa estaba alquilada a la madre del acusado, que trabaja en Palma de Mallorca, y poco más.

Burón volvió a la policía, con un amigo de su hija que tenía contactos en el cuerpo, y le dijeron que la Guardia Civil se ocuparía de investigar la desaparición de la joven. Cuando acudió al puesto al que había sido diferida la investigación, el agente que la atendió todavía no sabía de la desaparición de su hija. En poco tiempo, el grupo de Homicidios se hizo cargo y Burón declaró finalmente ante los investigadores durante más de cinco horas. “A partir de ahí todo fluyó”, ha afirmado en la sala.

Cuatro llamadas a prostitutas

El jefe de Homicidios que dirigió la investigación ha explicado en el juicio que cuando Palma se entregó el 4 de diciembre de 2019, declaró a los agentes que contrató a Marta Calvo, que se fueron a su casa en Manuel, tomaron bebidas alcohólicas y consumieron cocaína y mantuvieron relaciones sexuales. Se durmieron luego y, cuando se despertó al día siguiente, la encontró muerta y se horrorizó. No avisó, dijo entonces, ni pidió algún otro tipo de ayuda porque se asustó.

Según la versión de Palma, decidió deshacerse del cuerpo de la joven y la desmembró en nueve partes en el plato de la ducha de la casa de Manuel. Luego, distribuyó las partes en bolsas de basura corrientes que tiró al día siguiente en contenedores de las localidades de Alzira y Silla. La búsqueda fue infructuosa.

La Guardia Civil vio verosímil al principio la tesis del descuartizamiento del cuerpo de Marta Calvo porque pudo acreditar que el autor confeso de su desaparición compró sierras, bolsas y productos de limpieza, pero la ausencia de perfiles genéticos en el supuesto escenario y la búsqueda en los vertederos han llevado a los investigadores a dudar de esta teoría.

El agente ha recordado además que cuando Palma se entregó iba arreglado, sin mal olor corporal, a pesar de que aseguró que llevaba 21 días, desde su fuga, viviendo en el campo y desplazándose de un lugar a otro. En la mochila que portaba le encontraron además más de 3.000 euros.

Durante la revisión de los teléfonos del procesado, los investigadores constataron que contactó con tres prostitutas la mañana del 7 de noviembre de 2019, horas después de haber estado con Calvo, y con una cuarta el 10 de noviembre. Ha explicado también que el procesado, que tiene antecedentes por narcotráfico, usaba teléfonos con tarjetas cuyo rastro no se puede localizar, es decir, que se puede conocer dónde se conectan pero no rastrear las llamadas realizadas.

Dos años y siete meses de espera

Agencias

Marisol Burón ha asegurado a la salida del juicio contra el autor confeso de la desaparición de su hija, que está segura de que el acusado no descuartizó el cuerpo, sino que se deshizo de él en un lugar en el que está convencida de que hay más cadáveres. "No la descuartizó, eso lo tengo claro. Está en algún sitio al que fue a tiro hecho, porque seguro que hay más. No tuvo tiempo suficiente para pensar. Horas después (del supuesto crimen) ya estaba llamando a otras chicas", ha asegurado Burón, haciendo referencia a lo expuesto por los investigadores de la Guardia Civil durante el juicio.

"Ojalá me equivoque, pero creo que donde está mi hija hay más. [Jorge Ignacio Palma]. No es un don nadie en el tema de la droga. No creo que tuviese ayuda, pero alguien más sabe cosas, sobre todo su madre", que deberá comparecer, también en calidad de testigo, en una próxima vista. "A partir de hoy voy a acudir al juicio todos los días, estaré al pie del cañón. Ahora mismo estoy bien, pero he llorado mucho contándo esta pesadilla, pero voy a estar fuerte por mi hija", ha agregado.

Sobre su intervención de este martes en el juicio, Burón ha recordado que lleva dos años y siete meses esperando este día y ha advertido sobre el hecho de que el procesado no haya querido mirarla a la cara: "Le he visto muy frío, como el día que fui a su casa. En ningún momento me ha mirado".

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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