Superviviente del presunto homicida de Marta Calvo: “Fui a la ducha y empezaron a caerme rocas de coca de mis partes”
Los expertos toxicológicos apuntan a que el acusado pudo usar droga adulterada, contaminada o haberles suministrado otra sustancia
Con el jurado de siete mujeres y dos hombres ya formado y leídos los escritos de la defensa y las acusaciones, la segunda jornada del juicio contra Jorge Ignacio Palma como presunto autor de tres muertes, entre ellas la de Marta Calvo, y ocho abusos sexuales, todos ellos al parecer precedidos de grandes intoxicaciones de droga, ha servido para que la primera de las víctimas supervivientes, la UCO y la Policía expusieran el patrón de conducta del acusado, pero también para que los expertos toxicológicos apuntaran a que al menos en algunos casos debió haber algo más que cocaína.
La mujer, prostituta, ha narrado con entereza su encuentro con el acusado, aunque a ratos ha tenido que interrumpir su relato por los nervios o las lágrimas. Así, ha denunciado que, sin su consentimiento, el acusado le restregó todo el cuerpo con cocaína, se la introdujo en la vagina y el ano, y le puso esta u otra sustancia tóxica en una bebida. Ella fue consciente de lo que estaba pasando cuando, a mitad del servicio que había contratado el acusado, se fue al baño al sentirse mal. “Me metí en la ducha y me empezaron a salir rocas de coca, cinco o seis, muchas”, ha recordado.
El método de Palma
Según relataron los agentes, Palma contrataba los servicios sexuales de las mujeres pidiéndoles que consumieran cocaína con él, las llamadas fiestas blancas —introducir piedras o bolas de cocaína en los genitales femeninos—, pero después, sin su permiso, realizaba otras prácticas sexuales.
Según la investigación, el primero de estos ataques se produjo el 29 junio 2018, cuando Palma contrató los servicios de una prostituta en un piso de la Avenida de Les Corts Valencianes, en Valencia. Ella ha sido la que este martes ha narrado en primera persona cómo fue su caso y cómo un año y medio después se dio cuenta de que quien salía en los medios como presunto asesino de Marta Calvo también había abusado de ella. La causa que se juzga en Valencia se inició pese a que el cuerpo de Marta Calvo sigue sin aparecer. El ahora juzgado admitió haberla descuartizado, pero nunca reconoció ser autor de su muerte. Las pesquisas acabaron atribuyendo a Palma tres muertes.
“Es un monstruo. Vi a ese señor en la pantalla, lo reconocí y dije ‘voy a tener fuerzas para denunciarlo, porque si no va a seguir matando más mujeres’”, ha recordado la denunciante, que ha afirmado que se le “derrumbó el mundo” cuando le vio “con sus ‘gafitas quedonas”. “Aquel día entré en la habituación y cuando me senté en la cama le pregunte si hablaba español y me dijo que era colombiano. Me sonrió y pensé que se iba a comportar bien. Me preguntó si consumía. Tenía una bolsa negra y cuando la abrió fue impresionante el olor. Tenía cuatro rayas en un azulejo y me dijo ‘dale’ pero yo le dije ‘no me obligue, que sé hacer mi trabajo’”, ha explicado. Entre los servicios que ella ofrecía sí que estaba el consumo de drogas, pero afirmó que en su caso siempre era fingido. “Sabemos cómo hacerlo y (los clientes) no se enteran”, ha afirmado.
Tras ese primer encontronazo, la mujer ha señalado que Palma se ofreció a hacerle un masaje y que le llamó la atención que tuviera uno de los puños cerrado. “Pasados unos minutos sentía el corazón ir rápido. Tenía frío y sudaba”, ha relatado. Su tesis es que tenía la droga en polvo guardada en la mano y que la mezcló con un aceite para restregársela por el cuerpo.
La segunda intoxicación que ha relatado fue doble y se produjo cuando le pidió realizar “un 69″. “Me bajé a hacerle el oral y le dije ‘hasta en las bolas tienes coca, esto no es normal’. Cuando acabe no sentía nada, en ese momento me metió la droga en mis partes íntimas. Nunca me dejo tocar la parte de atrás, no sé cómo lo hizo, pero logró introducirme la droga en el ano”, ha afirmado.
Un auxilio que no llegó
La mujer ha contado cómo al volver a la habitación bebió de una de las copas de cortesía que había encima de la mesa y se dio cuenta de que estaba siendo víctima de una nueva intoxicación. “Cuando bebí sentí como si fuera arena. Le dije ‘Hijoputa, me estás matando’ pero él me dijo que no me había drogado”, ha asegurado. Después, según su relato, salió del cuarto y advirtió a la “mami” a cargo del piso. “Le dije ‘Sácame de aquí que me va a matar, por favor’. Después fui a la cocina a por un cuchillo y le dije ‘me está matando y no voy a permitirlo”, ha recordado.
“Él se levantó con frialdad y le dijo a la mami ‘saque a esta mujer que está loca’. Yo le dije ‘no le deje salir, llame a la policía que me estoy muriendo’. Él me dio un beso en la frente y dijo ‘pobre chica, cómo le gusta la droga’”, ha apuntado. Tras abandonar el piso el acusado, ella se fue al hospital, que emitió un informe que corroboró la existencia de cocaína en su cuerpo. “Le dije a la doctora ‘me estoy muriendo, me han drogado’ y me dijo ‘tardas cinco minutos más y te mueres’. Me drogó toda”, ha afirmado.
“Me ha arruinado la vida. No puedo tener pareja, tengo pánico a los hombres. No puedo tener novio ni marido. Me he intentado matar y no lo he hecho porque tengo a mi hija”, ha asegurado entre sollozos.
Cocaína y algo más
Su relato coincide con el modus operandi que ha establecido la UCO, aunque la reacción de la droga en las mujeres supervivientes no siempre fue igual. “Tres de las chicas hablan de que pierden la conciencia parcial o totalmente y no saben cuánto tiempo estuvieron así”, ha relatado uno de los agentes.
De hecho, los expertos en toxicología que ha declarado en esta segunda jornada advirtieron que Palma pudo ir más allá y señalaron que tanto las reacciones de adormecimiento inicial descritas por algunas mujeres como el hecho de que la cocaína no se diluyera en mucosas les llevan a plantearse si había “algo más”. Han apuntado a un adulterante o a un contaminante en la propia droga o a otra sustancia administrada en líquidos que les invitó a beber.
“Quiero llamar la atención sobre una cosa. Algunas mujeres habían probado la cocaína y sabían sus efectos y decían que era otra cosa. Mujeres que saben lo que es relatan que no era normal, que era otra cosa diferente”, ha advertido uno de los médicos.
La defensa de Palma se ha preguntado por qué la mujer no abandonó la casa al pensar que le había drogado y por qué no denunció de manera inmediata el abuso. También ha cuestionado si la víctima tenía los papeles en regla en el momento de los hechos, algo que la mujer dijo que sí. El acusado, que no pudo tener contacto visual con la primera víctima al estar tapado por un parabán, ha seguido la sesión de manera activa, tomando notas y comentando declaraciones con su abogada y en algún caso negando con la cabeza ante algunas afirmaciones.
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