Diez países del este de Europa se declaran preparados para entrar en la coalición de guerra contra Irak

Los diez países ex comunistas del este de Europa que integran el llamado Grupo de Vilnius difundieron ayer una declaración conjunta en la que respaldan las tesis estadounidenses sobre Irak y aseguran estar "preparados para participar en una coalición internacional" para desarmar a Sadam. La iniciativa de esos países, aspirantes a entrar en la UE y en la OTAN, supone "otro grave inconveniente" para que Europa hable con una sola voz en esta crisis y "refuerza el deseo norteamericano de romper Europa", aseguran fuentes diplomáticas en Bruselas.

La declaración ha sido firmada por los ministros de Exteriores de Lituania, Letonia, Estonia, Bulgaria, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia, Croacia, Macedonia y Albania. Los diez aseguran que EE UU ha presentado "pruebas convincentes" de programas de Irak de armas de destrucción masiva y "de sus vínculos con el terrorismo internacional".

Frente a los "peligros derivados de esa tiranía", los diez llaman a "la comunidad transatlántica" (no hay referencia a Europa) a permanecer juntos porque esos peligros "requieren una respuesta unida de la comunidad de democracias", a la vez que llaman al Consejo de Seguridad "a adoptar la necesaria y adecuada iniciativa en respuesta a la continuada amenaza de Irak". Los diez dicen estar "preparados para participar en la coalición internacional".

La declaración ha sido difundida pese a las gestiones de Grecia, país que ahora preside la UE, para evitar otra iniciativa unilateral europea ante la crisis. El jueves de la semana pasada, el Club de los Ocho (Reino Unido, España, Italia, Dinamarca, Portugal, Hungría, República Checa y Polonia) se alineó con EE UU ante el estupor de París y Berlín.

Washington tuvo conocimiento previo de ambas declaraciones. No así el Consejo de la UE, ni la presidencia griega ni los países no firmantes. "EE UU quiere romper la UE en este caso y algunos le ayudan sin tener en cuenta ni los intereses ni el futuro de Europa", afirma un alto diplomático europeo. "Es una situación nueva que tendrá graves consecuencias", añade, al recordar que la entrada en la UE de los países del Este está pendiente de que todos los socios del club ratifiquen el Tratado de Adhesión.

Tras la intervención de Colin Powell ante el Consejo de Seguridad, los países europeos más críticos frente a Washington empiezan a sentirse aislados. Sólo Alemania, Francia y Bélgica mantienen las espadas en alto entre los 31 países que están en la UE o aspiran a estarlo. Alemania, porque sostiene que en ningún caso participará en la guerra. Francia, porque apuesta por dar más tiempo a los inspectores. Y Bélgica, porque afirma que no hay razones para emprender una guerra. Suecia, Austria y Holanda valoraron los datos aportados por Powell. Grecia confía en "el triunfo de la diplomacia", pero cree que ha empezado "la cuenta atrás" para Irak. Europa muestra en esta crisis una división extrema con iniciativas lanzadas unilateralmente por grupos (la primera fue la franco-alemana) con un único beneficiado: EE UU. Por eso, Grecia ha renunciado a convocar la reunión extraordinaria de ministros de Exteriores planeada para la semana próxima y anuncia ahora que todo queda en el aire hasta el día 14, cuando los inspectores presentarán otro informe ante la ONU.

El futuro de esa política exterior y de seguridad común (PESC), la relación de Alemania con el Este, el devenir del eje Berlín-París, el contrapeso del de Londres-Madrid-Roma o el papel del vínculo trasatlántico son asignaturas que la UE tendrá que recomponer en los próximos meses. En un esfuerzo por salvar un mínimo consenso, Javier Solana, alto representante para la PESC, recordó que toda la UE defiende que la última palabra la tenga el Consejo de Seguridad, aunque dijo estar "muy claro" que Sadam esconde "materiales muy peligrosos".