España compra dos millones de vacunas para prevenir un ataque con viruela
EE UU sostiene que Irak tiene medios para contagiar una enfermedad erradicada en 1980
El Gobierno español ha adquirido dos millones de vacunas de viruela para hacer frente a un ataque bioterrorista con este virus infeccioso. La compra la han realizado conjuntamente los ministerios de Sanidad y Defensa a una multinacional y el coste de la operación asciende a unos 7,2 millones de euros, equivalentes a 1.200 millones de pesetas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró erradicada esta enfermedad en 1980, pero el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, dijo el miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU que Irak "tiene medios para desarrollar la viruela".
La posibilidad de un ataque con armas biológicas se convirtió en una amenaza real a raíz de la oleada de cartas con esporas de carbunco que sufrió EE UU en el otoño de 2001, poco después del 11-S. Aquel caso, todavía sin aclarar, provocó cinco muertes y pérdidas multimillonarias.
Aunque el último caso registrado de viruela se produjo en Somalia en 1977, la CIA sospecha que Irak y Corea del Norte podrían conservar ilegalmente cepas del virus. Los expertos consideran que un ataque con viruela tendría efectos devastadores, pues se trata de una enfermedad altamente contagiosa, con una mortalidad próxima al 30%, frente a la cual la población es muy vulnerable, al haberse eliminado la vacunación generalizada hace más de dos décadas.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Atlanta (EE UU) y el Centro de Investigaciones Virológicas y Biotecnológicas de Koltsovo (Rusia) son los únicos laboratorios autorizados a conservar reservas de virus de viruela en todo el mundo. Estas cepas debían haberse destruido a finales de 2002, pero la OMS autorizó su conservación para experimentar en la producción de vacunas. Precisamente, ha sido el centro estadounidense el que ha facilitado ahora el material necesario para la producción masiva de vacunas.
Ni el Ministerio de Defensa ni el de Sanidad han querido facilitar dato alguno sobre la operación, que se ha llevado en secreto. Los dos millones de dosis servirán para generar una reserva destinada a la protección de los miembros de las Fuerzas Armadas y otros colectivos profesionales expuestos a un ataque biológico. Se excluye la vacunación del conjunto de la sociedad, salvo en el caso de que se materializase una amenaza que no pasa del terreno de la hipótesis.
El ejemplo de Bush
España ha sido, en realidad, uno de los últimos países occidentales en hacerse con una reserva de vacunas contra la viruela. En diciembre pasado, el Gobierno alemán acordó con las autoridades de los estados federados la compra de 65 millones de dosis.
Pero los dos países que han ido más lejos en la adopción de medidas preventivas han sido Israel y EE UU. El Consejo de Defensa israelí ordenó en agosto pasado la vacunación de 15.000 miembros de los servicios de emergencia y sanitarios, ante el temor a que Irak responda a un ataque estadounidense con el lanzamiento de misiles Scud cargados con agresivos biológicos.
Por su parte, el presidente George W. Bush anunció en diciembre pasado un plan nacional para vacunar a un millón de soldados y empleados médicos. Ante los recelos que provocan en la población los efectos secundarios de la vacuna, Bush aseguró que se vacunaría él mismo para dar ejemplo. "Como comandante en jefe", dijo, "no creo que pueda pedir a otros que acepten este riesgo a menos que esté dispuesto a hacer lo mismo", dijo.
Los vacunaciones masivas realidas en los años sesenta produjeron dos fallecimientos y 1.000 reaciones graves por cada millón de personas. La vacuna está contraindicada para antiguos pacientes de cáncer, portadores del virus del SIDA, personas a las que se han transplantado órganos y, en general, quienes tengan problemas con el sistema inmunológico, así como embarazadas y menores de doce meses. La eficacia de la vacuna se cifra en el 95% y la inmunidad se mantiene durante tres a cinco años.
Los principales fabricantes son la firma británica Acambis y la estadounidense Baxter a las que el Gobierno de Washington encargó en noviembre de 2001 de 155 millones de dosis a entregar durante el año pasado.
Respecto a España, además de comprar las vacunas de la viruela, el Consejo de Ministros aprobó en otoño pasado tres convenios del Ministerio de Defensa con el Instituto de Salud Carlos III, el Instituto Nacional de Investigación Agraria y Alimentaria y la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense para investigar en la detección de agresivos biológicos por un total de 1,171 millones de euros.
Finalmente, España ha vendido recientemente a Israel decenas de miles de dosis inyectables con atropina, un antídoto contra el gas sarín y otras armas químicas producido por las farmacias de las Fuerzas Armadas.
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