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Casi el 75% de los operados de epilepsia en Cruces hace vida normal

La unidad ha realizado 70 intervenciones y más de 350 diagnósticos en cinco años

El primer balance de la Unidad de Epilepsia del hospital de Cruces concluye que casi el 75% de los enfermos intervenidos quirúrgicamente lleva una vida normal, sin miedo a los ataques. La Unidad se creó en 1997 y abrió la posibilidad de realizar operaciones a los epilépticos para los que los medicamentos no sirven. Durante este tiempo se han practicado cerca unas 70 intervenciones y realizado cerca de 350 diagnósticos. Hasta 1997 era imposible que un enfermo fuera operado en el País Vasco. Ese año se creó la Unidad de Epilepsia y progresivamente comenzaron las intervenciones. En la Unidad trabajan coordinadamente equipos de Neurología, Neurofisiología, Neuroradiología, Medicina Nuclear, Psiquiatría y Psicología.

Actualmente, atiende a pacientes de todo el norte de España, incluso de otros puntos. y tras cinco años de funcionamiento el primer balance es satisfactorio para los especialistas: "En un 74,4% de los pacientes intervenidos el control de la crisis es total. Este resultado es muy bueno y supera el de los conseguidos en otros países con más años de práctica", sostiene el doctor Pedro Madoz, jefe del Servicio de Neurofisiología de Cruces.

Durante estos primeros cinco años, la Unidad de Epilepsia ha estudiado a unos 120 pacientes. De ellos, unos 70 llegaron al quirófano. Además de otras pruebas, el gran avance es posible gracias al control de los pacientes las 24 horas del día mediante un vídeo colocado frente a la cama, además, el enfermo no se separa de una especie de placa conectada a su cerebro que mediante electrodos permite conocer lo que pasa bajo el cráneo incluso cuando el paciente duerme. Esta monitorización posibilita encontrar el origen de la crisis epiléptica. Lo explica el doctor Madoz.

Control total

Tras la intervención quirúrgica este control continúa durante un período que oscila entre los seis meses y un año. "Conseguimos suprimir las crisis donde antes no hacía efecto la medicación incluso a veces sólo con pequeñas dosis. Vemos a gente que se siente feliz porque su vida cambia".

La imagen del epiléptico preso de convulsiones es real pero no es el único signo de la enfermedad. El emperador Julio Cesar y el escritor Dostoievsky fueron epilépticos. Incluso santa Teresa y san Juan de la Cruz parece que también pudieron sufrir la enfermedad. Lo reseña el doctor Madoz como ilustración. "Tiene muchos síntomas; hay distintos grados y afecta a partes diferentes del cerebro. Los síntomas también son muy diferentes. Lo que más se conoce son las convulsiones pero también puede haber crisis sin ellas, incluso sin pérdida de conocimiento. Otros muchos epilépticos hacen vida normal", explica Madoz.

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La epilepsia afecta a cinco de cada mil habitantes. El porcentaje parece pequeño. Sin embargo, quienes sufren los ataques, que en los peores casos pueden llegar a los 20 diarios, saben que su vida puede ser un infierno. El 80% de los pacientes responde a la medicación pero para el resto la única solución posible es la cirugía.

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