Cien mil personas asisten a la primera intervención de Lula en Porto Alegre

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo ayer en Porto Alegre que es preciso cambiar este mundo y que está dispuesto desde hoy a asistir el año próximo a la IV edición del Foro Social Mundial que se celebrará en India. Su presencia ayer en Porto Alegre y el primer debate público celebrado en el estadio de Gigantinho sobre los diferentes modelos de globalización acapararon la atención del día.

Para escuchar a Lula a la orilla del río Guaíba se concentraron cerca de cien mil personas, lo que confirma que el presidente brasileño aparece cada vez más como un líder carismático. Latía ayer un cierto orgullo en el aire de que Lula iba a anticipar aquí, ante la gente de la calle, lo que dirá a los poderosos de la tierra en el Foro de Davos. Su jornada había comenzado muy temprano, con un desayuno al que invitó, junto con el alcalde de la ciudad, João Verle, a un muchacho de los que viven abandonados en la calle pero que van durante el día a estudiar a una escuela creada para ellos. Lula tomó con él el desayuno que van a recibir cada día 58.000 niños pobres de las escuelas públicas de la ciudad: pan con mermelada y una taza de leche con chocolate.

Mientras tanto, en el estadio Gigantinho tuvo lugar un debate público ante 5.000 personas sobre cómo cambiar el modelo de globalización. Debatieron el tema, moderados por Soledad Gallego Díaz, directora adjunta de EL PAÍS, entre otros, Mario Soares, ex presidente de Portugal y eurodiputado; el senegalés, Pierre Sané, de la Unesco; el chileno Juan Somavía, director de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), y el salvadoreño Ricardo Navarro, director de la ONG Amigos de la Tierra. Todos coincidieron en que la reciente victoria de Lula en Brasil es ya paso en el esfuerzo por recobrar la primacía de la política sobre la economía.