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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Cuando el presupuesto cero mata

El libro Bush at war, del periodista estadounidense Bob Woodward, figura primero en la lista de libros más vendidos de The New York Times y de Publishers Weekly. En él, el presidente declara, según el autor a gritos: "Aborrezco a Kim Jong-iI... Siento una reacción visceral por ese tipo, porque está matando de hambre a su pueblo. Me dicen: no debemos movernos muy rápido, porque los costes serán enormes si intentamos derribar a ese tipo, pero uno quiere la libertad y la condición humana o no la quiere".

Hace 48 horas, miles de ciudadanos norteamericanos residentes en el Estado de Oregón, uno de los pocos que tenían políticas progresistas en materia de salud pública, recibieron una carta en la cual se enteraban de que, por decisión de la mayoría republicana de las dos Cámaras del Estado, el 31 de enero de 2003 dejarán de recibir ayudas para la compra de medicinas. Para estos enfermos de sida que no pueden acceder de forma privada al costosísimo tratamiento que los mantiene entre los vivos, esto equivale a una sentencia de muerte. Basada, eso sí, en la loable doctrina de los presupuestos cero. Entre esos residentes del Estado de Oregón está nuestro autor Tom Spanbauer, conocido en España por sus novelas El hombre que se enamoró de la Luna y La ciudad de los cazadores tímidos, que recientemente nos visitó en Valencia y Madrid.

En una sociedad que ensalza la opacidad pública y exacerba la transparencia privada, muchos de estos enfermos se sienten culpables de haber perdido la salud, los han convencido de que es una falta de responsabilidad individual. Sin embargo, son ciudadanos, muchos de ellos todavía productivos y en la flor de la vida, condenados a muerte por una Administración para la cual la libertad y el respeto a la condición humana se miden por un rasero tan perverso que ya no puede llamarse doble, ni triple.

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¿Hay alguien en este planeta que conserve la suficiente cordura como para saber que un Estado puede ser "delincuente" aunque su presidente haya llegado al poder por unos cuantos votos polémicos? ¿Quién quiere acompañar en la guerra contra Irak a un hombre cuya Administración mata a sus propios ciudadanos, a los más débiles?

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