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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Recetas en Tíjola

¿Se acuerdan del vuelva usted mañana...? Pues, parece ser que la Junta de Andalucía, en su campaña para la protección de nuestra identidad regional histórica, está desarrollando una labor encomiable. Mención especial merece uno de los instrumentos punteros a través de los cuales se lleva a cabo tan importante cometido: el Centro de Salud de Tíjola.

El 30 de diciembre, una ciudadana de dicha localidad almeriense se vio en la necesidad de adquirir los medicamentos para el tratamiento a que está sometida. Tras la pertinente madrugada, se dirigió al centro a la velocidad que le permitía la artrosis de sus piernas; consiguió número para que el 2 de enero le permitiesen solicitar la expedición de las recetas. Ese día se presentó en el centro y guardando la pertinente cola que ocasionan las averías del ordenador, consiguió depositar sus resguardos. Horas más tarde regresó por las recetas, pero éstas no estarían disponibles hasta las 13.00 horas del día siguiente, pues aunque uno de los facultativos hacía las recetas en el acto el otro las entregaba al día siguiente. Encaminándose hacia el centro, el día prometido a la hora prometida, cuál no sería su sorpresa al descubrir que, una vez más, se dilataba la entrega de las recetas debido a que, según el celador de turno, el ordenador no funcionaba. ¿Acaso los facultativos carecían de bolígrafo para hacer frente a tamaño imprevisto...? Subiendo un listón más su preciada tolerancia, aceptó volver a ser emplazada para el día siguiente. Claro que a su tolerancia le quedaban aún más listones pues el mencionado día el galeno de turno le comunicó que estaba de guardia y no podía hacer recetas. Así que, sin nada más que decir, regresó el día 7 de enero, día en el que a pesar de estar las recetas expedidas en la carpeta del mostrador donde se ubica el celador, le fueron negadas nuevamente por no ser la hora preceptiva. Por fin, pasadas las 13.00 horas del día 7, nueve días después de intentar solicitarlas y tras siete viajes al centro de salud, consiguió sus recetas. Pero no crean que en esos nueve días no se ha expedido ninguna receta, la suerte de estar adscrito a otro facultativo o la de conocer o ser familiar de alguno de los trabajadores del centro le ha permitido a otras personas disponer de sus medicinas. En fin, no hay duda de que a fuerza de dinero se ha conseguido reducir las listas de espera pero..., como ocurría en el siglo XIX, los listos no esperan.

Esta señora es mi madre y tiene 70 años.

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