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Un equipo de científicos israelíes produce riñones humanos en ratones tras implantarles células madre

Científicos del Instituto Weizmann de Israel han desarrollado una técnica que permite crear riñones humanos en ratones. Los investigadores usaron células madre de tejido fetal, con lo que consiguieron órganos completos y funcionales del tamaño de un riñón de ratón, pero en los que todas sus partes provenían de las células humanas, según publicaron ayer en la revista Nature Medicine.

Las células madre provenían de fetos abortados de forma natural entre las siete y las ocho semanas de gestación, según explicó un portavoz israelí. Ya se había probado con anterioridad la transformación de células madre embrionarias en renales, pero el proceso no conseguía un riñón completo y eficaz. La clave ha sido encontrar tejido prerrenal lo suficientemente maduro como para producir un riñón, pero tan joven que no hubiera desarrollado los marcadores que causan el rechazo en el ratón, explicó.

En España había 4.014 personas esperando un trasplante renal a finales de 2001, según la Organización Nacional de Trasplantes. El sistema desarrollado en Israel puede suponer una fuente de órganos para ellos.

Pero el método tiene un inconveniente: conseguir el material fetal adecuado, ya que en este caso no se pueden utilizar células madre embrionarias, sino que hay que esperar a que el desarrollo llegue a las siete semanas. Para solucionar este inconveniente, los investigadores israelíes han ensayado con éxito el sistema con células de fetos de cerdo.

El objetivo final, según un portavoz del instituto israelí, es no depender del material fetal humano, sino poder usar otra fuente de células madre. En este caso, el tiempo de desarrollo del cerdo (tres semanas) también es clave. "Al contrario de lo que ocurre con los órganos, el empleo de tejido fetal porcino no parece que produzca una gran rechazo en el hombre", señaló a EL PAÍS un portavoz israelí. "Los investigadores han probado que los linfocitos humanos no atacan los riñones creados en los ratones, tanto si provienen de células humanas como porcinas", aclaró.

El rechazo no es el único riesgo. Otro peligro es la transmisión de retrovirus del cerdo al hombre. Este tipo de virus integra su material genético en el ADN de la especie que infectan, y pueden resultar inocuos para su huésped, pero peligrosos si pasan a otro animal (como ha ocurrido con el VIH al pasar del mono al hombre). "Este aspecto no puede descartarse, por lo que hay que seguir investigando", afirmó un portavoz del instituto israelí.

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