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El mediador de la OEA no logra acercar las posiciones en Venezuela

Gobierno y oposición se mantienen enfrentados e irreconciliables

Juan Jesús Aznárez

La mediación del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, apenas pudo acercar al Gobierno y la oposición sobre la necesidad de abordar el apremiante tema de la violencia política y la eventual colaboración de la prensa para evitar que los venezolanos acaben matándose. Gaviria trabajó ayer sobre un documento de propuestas: un nuevo punto de partida después de los sucesivos fracasos.

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La oposición exige elecciones anticipadas, no quiere esperar al referéndum revocatorio de agosto. El Gobierno rechaza la discusión bajo la presión callejera y la paralización de Petróleos de Venezuela (PDVSA). Obligado a la clarividencia y, sobre todo, a la templanza, Gaviria cumple por las mañanas con sus ejercicios gimnásticos en el hotel de Caracas donde permanece recluido desde hace semanas. Hacia las tres de la tarde, desarrolla otro ritual menos relajante: tratar de convencer al Gobierno y a la oposición de que sus diarios y ríspidos cruces de reproches retrasa una solución pacífica sobre la permanencia de Hugo Chávez en la presidencia.

"Tanto miedo tiene el tigre como quien va a matarlo", resumió el editor Rafael Poleo, en la oposición a Chávez. Gaviria no logró hasta ahora la conciliación, pero su presencia en Venezuela tiene un efecto positivo: el activismo callejero es refrenado para evitar la condena internacional. El segundo "trancazo nacional", promovido por los organizadores de la huelga general contra Chávez, ignoró los avisos del Ejército, cortó ayer calles y autopistas de Caracas y causó escaramuzas entre manifestantes chavistas y oficialistas. No obstante, aún no se llegó al temido choque masivo y cruento entre bandos, de consecuencias imprevisibles. Las barricadas opositoras arengan al grito de "¡Ni un paso atrás! y ¡Fuera el loco!". Los oficialistas replican: "¡Ni un paso atrás frente a los fascistas!" y "¡Chávez los vuelve locos!" El desquiciamiento nacional parece notable. "No me hablo con mi madre. Es muy bruta, fíjate que apoya a Chávez", comentaba un periodista.

La mayoría de las reuniones presididas por Gaviria fueron diálogos de sordos, maniobras de desgaste, pugilatos para desmoralizar al contrario proclamando su inevitable derrota y la conveniencia de ceder antes de quedar noqueados. "Gaviria parece estar inmerso en una misión imposible", señaló el analista Carlos Romero.

El ministro de Interior y Justicia, Diosdado Cabello, atribuía desesperación a la escalada de las movilizaciones opositoras: "No les importa un enfrentamiento con sangre". El secretario general de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), Manuel Cova, decía: "Tenemos ganada la pelea. No caeremos en la provocación. La presión pública se impondrá".

La embestida contra Chávez, la más intensa desde que ganara las elecciones de diciembre de 1998, prosigue. El variopinto frente opositor probablemente registrará cuchilladas en su seno cuando deba designar a su candidato presidencial, pero acude a la mesa de Gaviria, según las fuentes consultadas, sin exhibir fisuras, detrás de su principal demanda: elecciones anticipadas durante el primer trimestre del año próximo.

El Gobierno, con halcones y palomas en su seno, parece no tener prisa y se declara dispuesto a discutir la anticipación de las presidenciales, previa enmienda de la Constitución y acuerdos sobre un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) y el desarme de los venezolanos. "Se está trabajando en cómo enfrentar el futuro de la violencia política, qué tipo de colaboración voluntaria le van a pedir a los medios de comunicación", declaró Gaviria en una conferencia de prensa, "cómo van a abordar el tema del desarme y conseguir que cesen las acciones agresivas violentas y de hostigamiento".

Los medios de comunicación, determinantes, continúan disparando propaganda a discreción, magnificando, minimizando o ignorando a conveniencia. El canal oficial, Venezolana de Televisión, en una trinchera, y la prensa más influyente, cuatro canales privados y los grandes periódicos, en la otra.

Las divergentes valoraciones sobre la resolución aprobada en Washington, el pasado lunes, por la OEA, certifican la polarización. Siempre templando gaitas, la OEA instó al Gobierno de Chávez a preservar las libertades y la democracia, y respaldó "plenamente" su carácter institucional, advirtiendo contra veleidades golpistas. Según Alejandro Armas, negociador opositor, el Ejecutivo fue por lana y salió trasquilado. Los portavoces oficiales cantaron victoria.

Chavistas (sin camisa) y opositores juegan al fútbol durante el bloqueo de una avenida de Caracas.
Chavistas (sin camisa) y opositores juegan al fútbol durante el bloqueo de una avenida de Caracas.ASSOCIATED PRESS

Menos petróleo

La producción petrolera de Venezuela cayó hasta una tercera parte de los niveles normales, según admitió el presidente de la estatal PDVSA, Alí Rodríguez, en un mensaje televisado a la nación, cuando se cumplen 18 días de paro político contra el Gobierno de Hugo Chávez. Los huelguistas agravaron la situación al afirmar que el 90% de las operaciones de la estatal están paralizadas. "Ciertamente han logrado abatir la producción hasta un tercio de los niveles que habíamos alcanzado y pretenden paralizarla totalmente", denunció Rodríguez. El Ejército advirtió el lunes de que lo impediría.Venezuela, quinto exportador mundial de petróleo, produce 2,5 millones de barriles diarios. "Los pagos de regalía, que representan 500.000 millones de bolívares mensuales (379 millones de dólares) han caído a 175.000 millones (132,6 millones de dólares)", dijo el presidente de PDVSA.

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