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Las redadas contra los rumanos enfrentan a Sarkozy con los jueces

Puestos en libertad 40 inmigrantes detenidos por la policía francesa

El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, ha atacado a los jueces que han puesto en libertad a 40 de los 163 rumanos detenidos la semana pasada en una redada contra inmigrantes de esta nacionalidad, llevada a cabo por 450 policías en tres suburbios de París. El ministro considera "absurdas" las decisiones judiciales, que, en su opinión, "complican la tarea de la policía". El resto del Gobierno francés guarda silencio en esta polémica, en la que Nicolas Sarkozy se juega buena parte de su crédito en la lucha que se avecina por el liderazgo de la derecha francesa.

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Las detenciones en cuestión se produjeron en dos terrenos propiedad del Estado, que habían sido ocupados por los rumanos, y en una vivienda privada. Esta redada, la segunda en un mes -anteriormente se llevó a cabo otra contra ciudadanos búlgaros que habían ocupado unos hangares en Burdeos-, pretendía anticipar los efectos de la nueva ley promovida por Sarkozy, que penaliza a los que ocupan propiedades ajenas y endurece el trato a mendigos y a prostitutas.

Los 163 rumanos, incluidas familias con niños, fueron desalojados de sus campamentos con intención de expulsarlos de inmediato. Tras la intervención de un comité de apoyo formado por la Liga de los Derechos Humanos, Médicos del Mundo y otras organizaciones sociales, se descubrió que un centenar de los detenidos disponía de visados turísticos en regla y no habían cometido un delito que justificara la detención. El Ministerio del Interior intentó enviar al resto a Rumania, pero tras un forcejeo en varias instancias judiciales, un tribunal de apelación confirmó ayer que tampoco hay razón para mantenerlos detenidos.

Fuera de sus competencias

Sarkozy se ha puesto furioso. Durante el fin de semana multiplicó sus declaraciones sobre el "carácter perfectamente absurdo de un procedimiento que nadie comprende" y argumentó: "No encuentro en qué puede ser contrario a los derechos humanos acompañar a rumanos a Rumania". Las asociaciones de magistrados -a las que pertenecen sólo una minoría de jueces- afirma que Sarkozy "se sale de sus competencias" al criticar las decisiones sobre la libertad de las personas, que la Constitución reserva al juez.

El activismo de Sarkozy lo está haciendo cada vez más popular. Un sondeo del diario Le Monde y France 2 indica que el 22% de los franceses considera que la política del ministro del Interior ya ha mejorado la seguridad y el 43% piensa que lo conseguirá en unos meses. El 63% confía en el actual ministro del Interior en concreto, para "controlar la inmigración clandestina". La situación política en Francia está tan revuelta que los partidos de izquierda prácticamente se han ausentado de este debate.

El activismo de Sarkozy suscita la desconfianza de otros dirigentes de la derecha francesa. Todos los lugartenientes del presidente de Francia, Jacques Chirac, están tomando posiciones, habida cuenta de que el jefe del Estado ya ha cumplido los 70 años de edad y está en su segundo mandato. Alain Juppé, presidente de la UMP, el partido que gobierna con mayoría absoluta, ha maniobrado para impedir el acceso de hombres de Sarkozy a la dirección de esta fuerza política. Sin embargo, para desesperación de Juppé, la UMP perdió el domingo una elección parcial a diputado a favor de Christian Blanc, ex presidente de la compañía Air France y candidato del partido centrista UDF, en lo que se considera el primer tropiezo político de la mayoría en el poder.

Nicolas Sarkozy.
Nicolas Sarkozy.

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