Julio Valdeón analiza el origen de la dinastía de Trastámara
Las trascendentales consecuencias de una guerra entre hermanos
Pedro I, rey legítimo de Castilla, pasó a la historia como El cruel, pero es probable que hoy fuera más conocido como El justiciero de no ser porque su hermanastro, el bastardo Enrique, lo derrotó y mandó asesinar en 1369. El catedrático de historia medieval Julio Valdeón ha publicado Pedro I El cruel y Enrique de Trastámara (Aguilar), en el que examina la guerra que enfrentó a toda una sociedad y dio origen a la dinastía de Trastámara.
La Guerra Civil que ganó el general Franco duró casi tres años. Esta otra guerra, ocurrida seis siglos antes y protagonizada por Pedro I y Enrique II, también. En ambas intervinieron potencias extranjeras y en los dos casos la Iglesia tomó partido por uno de los bandos, calificando el conflicto de cruzada.
"La corona de Castilla quedó devastada entre 1366 y 1369. La Guerra Civil que acabó con la República ocurrió entre 1936 y 1939", señala el profesor Valdeón, que destaca a continuación que las tres últimas cifras de cada una de estas cuatro fechas son múltiplos de tres.
Demasiadas casualidades como para que los historiadores de la segunda mitad del siglo XX no se hayan sentido atraídos por los paralelismos entre un enfrentamiento y otro. En Pedro I El cruel y Enrique de Trastámara, Julio Valdeón niega que se pueda ir más haya de la constatación de estas caprichosas carambolas de la historia. "En todo caso", bromea, "nos queda la tranquilidad de saber que no volverá a haber una guerra civil en España hasta el año 2333".
Dejando aparte la diversión, este catedrático de la Universidad de Valladolid explica que el enfrentamiento entre los dos hermanastros tuvo unas consecuencias trascendentales para la historia de la península Ibérica.
"Ésta fue una época de hambrunas. La peste negra había provocado una mortandad enorme y los nobles vieron, por tanto, cómo se reducían sus rentas. Fueron a la guerra para conseguir mercedes del vencedor y recuperar sus patrimonios", cuenta. La victoria fue para Enrique II, que fortaleció económicamente a los nobles que le habían apoyado, pero los apartó del poder político. Con este primer rey de la dinastía de Trastámara "los letrados de las universidades de Salamanca o Valladolid entran en la Administración, desplazando a los nobles". Se sientan así las bases del Estado moderno.
Para ganar adeptos entre el campesinado y los artesanos, Enrique II no había dudado en azuzar el odio a los judíos. "Al terminar la guerra intenta protegerles, pero el mal ya está hecho". En 1391 se desata uno de los peores pogromos de la historia de Castilla. Las raíces de la expulsión de los judíos, un siglo más tarde, y, también, el origen del Estado moderno, tiempo después, se encuentran aquí.
Babelia
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