El sur de África se lleva la atención internacional
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas (PMA) calcula que transcurren al menos dos meses desde que los países donantes deciden dar su ayuda hasta que ésta llega a las personas que la necesitan. "Hasta diciembre estamos cubiertos, hay comida para atender todas las necesidades de la población etíope", asegura una portavoz del PMA. El problema se plantea a partir de enero. Todas las predicciones indican que seguirá sin llover en Etiopía. Aunque lloviese, se trataría de las lluvias cortas, que apenas contribuyen a sacar adelante la cosecha de noviembre, con la que subsiste la gran mayoría de los agricultores durante el resto del año.
Sin lluvia tampoco hay pasto para el ganado. Y sin ganado no hay ingresos para comprar trigo, cuyo precio se ha disparado en los últimos meses debido a la escasez. Los agricultores, cada vez más empobrecidos, dejan de invertir en la tierra. Este año han comprado un 17% menos de semillas y fertilizantes, lo que hará que sus cosechas sean peores el año que viene.
Los campesinos se encuentran en una situación muy vulnerable. No se están muriendo de hambre, pero una semana sin comer "puede ser fatal", según el PMA. A esto hay que añadirle el avance de enfermedades como la malaria debido al estancamiento del poco agua que cae.
Según predicciones en las que coinciden todos los expertos, sólo entre enero y marzo del año que viene harán falta 300.000 toneladas de comida para dar de comer a aquellos que han ido perdiéndolo todo desde el mes de agosto. Y cerca de un millón y medio de toneladas harán falta para todo el año.
En las despensas del PMA hay cerca de 70.000 toneladas para distribuir a partir de enero. El resto dependerá de la voluntad de los donantes, más propensos en los últimos meses a dirigir su ayuda al sur del continente africano, que también se seca y donde unos 15 millones de personas necesitan comida.
Según la ONU, entre el 40% y el 50% de la población del África subsahariana tiene problemas para obtener alimentos y la zona se encuentra en términos nutricionales en peor estado que hace 30 años. Las mismas fuentes desvelan que los países en desarrollo en su conjunto han reducido sus índices de malnutrición del 37% al 18%. África, sin embargo, no ha conseguido bajar del 34%. En total, casi 30 millones de africanos se encontrarán bajo la amenaza de la hambruna en los próximos meses.
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