Del "póntelo" al "quítatelo"

Mientras un 90% de los infectados por el VIH no tiene acceso a los tratamientos retrovirales, en los países ricos la cronificación de la enfermedad tiene como efecto perverso un abandono de la prevención. Y los más jóvenes son los más descuidados. El número de contagios por prácticas sexuales sin protección crece, y la cuarta parte de los infectados tiene menos de 24 años, según la ONU.

"El 80% de mis parejas sexuales tiene menos de 25 años", relata Ramón, seropositivo desde hace más de 10 años, "y con la mayoría soy yo el que tiene que preocuparse de que las prácticas sean seguras", afirma. "Quizá sea porque no tengo pinta de enfermo", comenta.

"El colmo fue la semana pasada. Conocí a un chico de 19 años. Fuimos a mi casa, y a mitad del polvo el chaval me pidió que me quitara el condón. Yo me negué, y decidí darle una lección. Cuando acabamos me levanté y le dije que iba a tomarme las pastillas para el bicho [una forma común entre los infectados de llamar al VIH]. Se quedó helado. Éste no se olvida de que tiene que tener cuidado", sentencia.

Es fácil encontrar en el ambiente homosexual historias como la de Ramón. "Son suicidas", afirma Francisco, otro portador. "Y no se trata de que vayan borrachos o drogados. Aunque les digas que eres seropositivo, parece que no les importa", añade.