Lejos de remontar, a Izquierda Unida cada vez se le complican más las cosas. Según la reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), la coalición ha bajado un punto en estimación de voto (7,1%), pese a que en 2000 obtuvo el peor resultado de su historia, con un 8,1% de sufragios y seis escaños.
Convergència i Unió (CiU) tiene asumida su derrota en las próximas elecciones autonómicas y quiere prepararse la "travesía del desierto en camarotes de lujo", aseguró ayer el candidato socialista a la Generalitat, Pasqual Maragall, en la clausura de la II Conferencia Nacional del PSC, que se ha celebrado en Tarragona.
El lema de la manifestación era contra el fascismo y la guerra, pero la marcha acabó en una batalla campal entre jóvenes y la policía. Cuatro sucursales bancarias arrasadas, numeroso mobiliario urbano destrozado y enfrentamientos y persecuciones durante una hora por las calles del barrio de Lavapiés entre unos 60 manifestantes y la policía fue el resultado final de la protesta.
La manifestación de rechazo al Plan Hidrológico Nacional (PHN) congregó ayer a varias decenas de miles de personas en las calles de Valencia. 100.000, según la organización y entre 6.000 y 8.000, según la delegación de Gobierno. La fina lluvia no aguó los planes de las 47 entidades convocantes, entre grupos ecologistas y políticos de izquierda, y la marcha discurrió sin incidentes. Valencianos, aragoneses y catalanes fueron los más numerosos, si bien también participaron algunos murcianos, andaluces y vascos.
Las empresas vascas de construcción y obras públicas se llevan alrededor del 70% de las contrataciones que adjudican en la comunidad autónoma las diferentes administraciones.