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LA POLÍTICA DEL AGUA

Miles de personas protestan en las calles de Valencia contra el Plan Hidrológico Nacional

La protesta concluye con un llamamiento contra la especulación y por la nueva cultura del agua

La manifestación de rechazo al Plan Hidrológico Nacional (PHN) congregó ayer a varias decenas de miles de personas en las calles de Valencia. 100.000, según la organización y entre 6.000 y 8.000, según la delegación de Gobierno. La fina lluvia no aguó los planes de las 47 entidades convocantes, entre grupos ecologistas y políticos de izquierda, y la marcha discurrió sin incidentes. Valencianos, aragoneses y catalanes fueron los más numerosos, si bien también participaron algunos murcianos, andaluces y vascos. La pancarta Marjals, deltes, rius: vius. Per una cultura nova de l'aigua abrió la marcha.

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Muchos manifestantes llevaban en su pecho una pegatina a modo de aviso para navegantes: Sóc valencià i estic en contra del PHN. Pretendían así rechazar la idea de uniformidad en el respaldo valenciano al plan y despejar cualquier duda sobre la presencia exclusiva de aragoneses y catalanes, como se había sugerido desde instancias del PP.

"Ya sufrimos en mi pueblo, Caspe, el del compromiso, el embalse de Mequinensa durante el franquismo, en una época que parecía pasada, y ahora en democracía se actúa del mismo modo. No hay derecho a que no haya diálogo", protestaba José Benito, representante de la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Aragón y portador de la pancarta principal.

Junto a él, Gaspar Llamazares, líder de IU, y Joan Ribó, de EU; Josep Lluís Carod Rovira, de Esquerra Republicana; David Hammerstein, de Els Verds; Bizén Fuster, presidente de la Chunta Aragonesista, y su diputado José Antonio Labordeta; Enric Amer, coordinador de Acció Ecologista-Agró, Carlos Arribas, de Ecologistas en Acción, entre otros representantes de los colectivos convocantes. También Joan Sifre, de CC OO asistió a la protesta.

Una hora y cuarto tardó en pasar por un punto fijo el río de gente congregada en las céntricas calles de Valencia. El ambiente previo se había caldeado por el acto organizado el sábado por las principales organizaciones empresariales en el que los abucheos y gritos impidieron escuchar las opiniones grabadas en un vídeo sobre el PHN del secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, y de Ribó. Ningún representante de la dirección del PSPV asistió a la manifestación, como se había anunciado. Tan sólo el ex consejero socialista de Medio Ambiente Emèrit Bono se dejó ver por la marcha, caracterizada por los múltiples grupos y entidades que aglutinaba. EU asumió el principal protagonismo político, si bien fueron los grupos ecologistas y los colectivos de afectados los que llevaron la voz cantante.

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La voz de la protesta era plurilingüe y dialectal. Desde el catalán de Tortosa ("lo riu és vida", decía un grupo llegado del Delta de l'Ebre ), al valenciano apitxat de la ciudad, pasando incluso por el balear de la consejera de Medio Ambiente, Margarida Roselló, que se solidarizó con sus compañeros verdes valencianos. El castellano también ofrecía matices dialectales del interior de los territorios que constituyeron la antigua Corona de Aragón. Se oyeron jotas aragonesas y catalanas y canciones populares valencianas.

La marcha tuvo un aire festivo, pero en ningún momento perdió su carácter reivindicativo, siendo el PP la diana de las críticas. Discurrió sin incidentes de importancia. Durante el recorrido hubo algunas increpaciones por parte de transeúntes que esperaban el paso de la riada de gente. "Roban nuestros derecho y nuestra identidad", esgrimió un hombre a los manifestantes. A su lado, una mujer mayor lanzaba agua a la marcha con un espray. "Como no nos quieren dar agua, yo les doy", argüía. "No hagáis caso a las provocaciones", respondía un manifestante megáfono en ristre. Tampoco hubo apenas contestación al grupúsculo ultra de España 2000 que se apostó en la plaza del Ayuntamiento con un pancarta que decía que el agua es de todos. Ayer, al menos, cayó para todos, pero la lluvia fue fina.

A un ritmo lento, la manifestación, en la que confluyó la llamada marcha azul de la Plataforma en Defensa del Ebro, que ha recorrido más de 1.000 kilómetros, llegó hasta la plaza de América, donde la gente se iba agolpando. Los gritos de Queremos un pantano en la Puerta del Sol, No al golf, Per un Moixent verd, El Millars no vol l'aigua de l'Ebre, vol la seua, o Hablan de consenso y actúan para destruir se fueron apagando.

Allí, el escritor Josep Vicent Marqués recordó la pionera lucha cívica de Valencia por salvar El Saler y acusó al "nacionalismo español" de querer enfrentar a valencianos, aragoneses y catalanes. La intervención final correspondió al profesor de la Universidad de Zaragoza y presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, que cuenta con el respaldo de 70 rectorados, Pedro Arrojo, quien pidió diálogo social con todas las partes implicadas. Arrojo denunció que los "intereses inconfesables" del PHN benefician a empresarios, corruptos y especuladores. "El PP se equivoca al optar en el PHN por un modelo de gestión anticuado y obsoleto, el modelo brutal del hormigón, que inunda pueblos, destruye ríos, deltas y humedales", señaló.

Arrojo se preguntó cuánta agua se perderá por las conducciones. Aseguró que el PHN no saldrá adelante porque la ciudadanía "ha reaccionado" y porque va en contra de los valores de desarrollo sostenible" que la Unión Europea exige en sus leyes. Acabó su alocución preguntando si los valencianos quieren cambiar las aguas de alta calidad del Xúquer por "las aguas salobres y contaminadas del maltratado Ebro" procedentes del trasvase o si quieren pagar "para hacer más campos de golf".

También Joan Ribó, en declaraciones durante la marcha, pidió un modelo sostenible como alternativa al PHN que no enfrente a comunidades autónomas. Gaspar Llamazares insistió en que el PHN responde a "intereses especuladores y no a la mayoría" e instó al Gobierno a abrir un diálogo sobre "la nueva cultura del agua". "Se quieren sembrar las tierras del Este con campos de golf", añadió.

Carod Rovira lamentó que el "impresentable" PP valenciano esté intentando reeditar la batalla de Valencia buscando enemigos exteriores por motivos electorales e instrumentalizando el trasvase del agua. Apostó por una nueva cultura del agua sostenible, al igual que Joan Saura. El líder de Iniciativa per Catalunya se mostró escéptico en relación a que finalmente el PHN se desarrolle "en contra de la opinión científica" y dudó de la financiación europea. "Por eso, CiU está despistando ahora con el trasvase del Ródano", añadió.

El presidente de la Chunta Aragonesista, uno de los grupos políticos más activos en contra del PHN, Bizén Fuster, acusó al PP de "calentar" la manifestación al considerarla una "provocación" y se reafirmó "en la defensa democrática y estrictamente pacifista" de un modelo alternativo que no agrave las "diferencias territoriales". El diputado de la Chunta, José Antonio Labordeta, defendió la racionalidad y el ahorro del agua.

La manifestación contra el Plan Hidrológico de ayer en Valencia, a su llegada a la plaza de América.
La manifestación contra el Plan Hidrológico de ayer en Valencia, a su llegada a la plaza de América.JORDI VICENT

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