'El halcón maltés', de Dashiell Hammett
EL PAÍS publica la obra más popular del creador del llamado género de novela negra
Es uno de los ejemplos más claros de escritores en los que la vida influye y condiciona sus obras, un perfecto representante de los autores que basan su fueza narrativa en la observación y recreación de lo visto y vivido. Su infancia callejera en Filadelfia y Baltimore, su abandono de los estudios a los 13 años, sus diversos trabajos manuales y, sobre todo, su ingreso en la agencia de Detectives Pinkerton, le suministraron un material en bruto que su talento destiló con una eficacia notable. Su primera novela, Cosecha roja (1929), contiene ya todos los ingredientes de las posteriores: violencia, diálogos directos y realistas, conocimiento profundo de la psicología de los personajes del hampa y de la policía, dos submundos que describe casi sin fronteras entre ellos... Hammett está sentando las bases de lo que se conocerá como novela negra, un género de enorme popularidad y, en su caso, de un respeto crítico que reafirma la reivindicación que del mismo hicieron popes de la cultura europea como André Bretón. En 1930 publica su novela más famosa, El halcón maltés, que el lector de EL PAÍS podrá comprar mañana por tres euros, en la que surge el protagonista más famoso de todos los detectives literarios: Sam Spade. La posterior adaptación de la novela al cine, realizada por John Huston en 1941, catapultó su popularidad y la del actor principal, Humphrey Bogart. Sus convicciones éticas e ideológicas le llevaron seis meses a la cárcel en 1951, por negarse a colaborar con la demencial campaña anticomunista del senador McCarthy.
Un libro, tres películas
La versión cinematográfica de El halcón maltés que dirigió John Huston en 1941 fue la tercera adaptación a la pantalla de la novela de Dashiell Hammett. En 1931 se había estrenado una versión dirigida por Roy del Ruth, y en 1936, otra con el título Satan met a Lady, protagonizada por Bette Davis.
Babelia
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