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EL ESTANCAMIENTO DE LA ECONOMÍA.

La OCDE rebaja el crecimiento de España y advierte del peligro de la inflación

La organización pronostica una recuperación lenta y frágil de los países miembros en 2003

El viento de optimismo ha dejado de soplar. La recuperación económica de principios de 2002 no se ha sostenido y el ejercicio terminará peor de lo que se esperaba en el conjunto de los 30 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), España entre ellos, cuyo producto interior bruto (PIB) no crecerá este año más allá del 1,8%, tres décimas menos de lo previsto en abril. La organización internacional ve posibilidades de que España crezca al 2,5% en 2003 (frente al 3,3% de abril), por encima de la media de la zona del euro, pero avisa de los riesgos que implica una inflación elevada. A su vez exhorta a mantener "un estricto control del gasto público", porque la pérdida de ingresos fiscales por la rebaja del impuesto sobre la renta representará, el año próximo, medio punto del PIB.

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El crecimiento económico español ha quedado frenado a causa de la debilidad en el consumo de las familias y de la atonía de la demanda extranjera. Esta reducción de la actividad económica contribuye a hacer más preocupante la aceleración de la inflación, que además se ha producido en una época de abaratamiento de los productos energéticos. El índice de precios al consumo se disparó hasta el 4% interanual el pasado mes de octubre, muy por encima del 2% de previsión oficial.

El 'efecto redondeo'

La OCDE atribuye a la transición al euro -"en parte"- la elevada inflación subyacente (la resultante de eliminar los elementos más volátiles, alimentos frescos y energía) y recalca la persistencia de dos fenómenos en paralelo: un ritmo de crecimiento económico superior al de la zona del euro, pero una inflación también mucho más alta -en octubre, el diferencial de inflación con la Unión Europea alcanzó la cifra récord de 1,7 puntos-, cuya persistencia amenaza con "erosionar la competitividad" y "comprometer los resultados de la exportación", según se lee en la parte dedicada a España del informe de previsiones de la OCDE.

Los costes laborales siguen siendo más elevados que en la media de la zona euro, dado que las ganancias de productividad son "mediocres". La organización exhorta a vincular más estrechamente la evolución de los salarios con las mejoras de la productividad, lo cual ayudaría a disminuir ese diferencial de inflación con la zona del euro que tanto inquieta a los economistas de la OCDE.

Para mantener el presupuesto en equilibrio, como desea el Gobierno español, habrá que contar con que persista "el vigor" de los ingresos de la Seguridad Social y "un estricto control de los gastos". Si todo va bien, España podría crecer al 2,5% en 2003 y al 3% en 2004. La disminución de impuestos debería afirmar el consumo privado, porque las familias tendrán más dinero disponible. Pero lo más importante es el dinamismo en las exportaciones, un factor sometido a la incertidumbre de la actividad internacional. Pese a todo, el Gobierno español mantiene sus previsiones de crecimiento por encima del 2% este año y del 3% el que viene.

- El conjunto de la OCDE. Los datos sobre España emergen en un contexto de "recuperación dubitativa" global, según la expresión utilizada ayer en París por su economista-jefe, Jean-Philippe Cotis, durante la presentación de las previsiones. Este organismo limita al 1,5% el crecimiento medio de este año en los 30 países de la organización, tres décimas menos de lo pronosticado en abril. La recuperación será lenta en los primeros meses de 2003 y más acusada hacia el segundo semestre del año próximo. Al margen de factores desconocidos, como el impacto de una guerra en Irak, el PIB de la zona de la OCDE crecerá un 2,2% el año próximo, en vez de la hipótesis del 3% con la que el organismo internacional trabajaba hace seis meses. Las perspectivas son mejores en los países escandinavos, Australia o Canadá.

- Estados Unidos. El ritmo de crecimiento previsto para Estados Unidos es un tanto anémico: 2,6% en 2003 (en vez del 3,5% barajado en abril), habida cuenta de la fragilidad con que se comportan los soportes tradicionales del crecimiento. Así, mientras el consumo de los hogares marcha bien gracias a los bajos tipos de interés, la caída de los mercados bursátiles provoca un retroceso del ahorro y, por lo tanto, del patrimonio neto de las familias. Una tímida recuperación de la inversión empresarial sólo se prevé hacia mediados de 2003. El estímulo fiscal al crecimiento económico ha sido importante, a costa del incremento del déficit público.

- Zona euro. El crecimiento del PIB para el año en curso se limitará al 0,8%, casi medio punto menos de lo que se pensaba hace seis meses, en los 12 países que utilizan la moneda única. En 2003 sólo se prevé el 1,8%, un punto menos de la hipótesis barajada en abril. La recuperación de la actividad económica sólo se consolidaría verdaderamente en 2004, año en el que la OCDE piensa en un crecimiento del 2,7% para la zona del euro, previsión que no tiene en cuenta ningún efecto especial por el impacto de la ampliación de la Unión Europea. Entre otras, el informe incluye una fuerte recomendación a Alemania para que reforme su mercado laboral.

- Japón. El PIB japonés se contraerá este año en un 0,7%, según cifras de la OCDE que no tienen en cuenta otras ligeramente menos pesimistas proporcionadas por las autoridades japonesas. Distintos organismos oficiales de Japón han previsto para este año crecimientos de entre el cero y el -0,5%. Para los años próximos, la OCDE prevé tasas de crecimiento débiles, un 0,8% para 2003 y una décima más para 2004. Cierto número de riesgos, como la bajada de la Bolsa y el alza del yen, minan la confianza de los inversores y la OCDE teme que fracasen los planes de las autoridades para sanear el sistema financiero. La organización considera "urgente" reformar el sistema bancario nipón.

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