El euskera en Navarra
No dudo de que el Gobierno navarro sufrió una gran decepción cuando al comienzo de las vacaciones estivales los tribunales le dijeron no a su decreto del uso del euskera en la Administración.
No dudo de que esta anulación judicial ha maltrecho las pasadas vacaciones de algún que otro miembro del Gobierno. Tampoco dudo de que alguien, en la Dirección General de Universidades y Política Lingüística, ha tenido que trabajar mas allá de lo razonablemente exigible en la temporada estival para arreglar este desaguisado. De todas forma, todo trabajo da sus frutos y así, en un tiempo récord, nuestro Ejecutivo ha diseñado y ejecutado un protocolo de clonación normativa envidia de Occidente. En cuatro meses, verano mediante, han reconstituido el Consejo Navarro del Euskera, lo han reunido, le han dado un reglamento que blinda la política gubernamental asegurándose el control absoluto y, por último, han parido un clon del anulado decreto. La exposición de motivos y el articulado son igualitos. Se parecen tanto que anulan lo mismo.
De lo que sí dudo es de que el Gobierno haya valorado correctamente la segunda oportunidad que le han dado los tribunales para corregir un grave error. Segunda oportunidad porque, aduciendo errores de forma, los tribunales no entraron en el fondo, librando al Gobierno de un rapapolvo de mayor envergadura. Error, porque ahora los tribunales van a tener que medir el decreto clon con los criterios de la Carta Europea de las Lenguas Minoritarias entre otras. Y aquí todos sabemos que el Gobierno y su política lingüística suspenden.
Al señor Sanz no le gusta que le digan cómo tiene que hacer las cosas, aunque sea desde el Poder Judicial. Se molesta mucho cuando le llevan la contraria y le dicen que lo hace mal. Pese a todo, o tal vez por eso, se empecina en sus actitudes. No atiende a lo que le señalan desde otros lados, y nos viene con lo mismo. Repite las escenas con muy mal gusto.
Las opciones con las que contaba el Gobierno navarro para resolver la anulación judicial del Decreto Foral 372/2000 eran diversas. La más lógica, empezar de nuevo y, en contacto con los agentes sociales que trabajan en Navarra por la normalización lingüística, sentarse, negociar y acordar. Sin embargo, el presente es cabezón y el Gobierno sigue en sus trece, optando por la vía clon, entendida ésta en la acepción completa que para este nombre tiene la Real Academia Española.
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