Sanidad anuncia cambios en el decreto contra la legionela

El real decreto aprobado hace un año y tres meses para combatir la legionelosis no es lo eficaz que debería ser. Los directores generales de Salud Pública de las comunidades autónomas, junto con el responsable de la misma área del Ministerio de Sanidad, José María Martín Moreno, debatieron ayer en Valencia los cambios que necesita esta normativa para convertirla en un instrumento más eficaz contra esta enfermedad, que presenta una media de 10 brotes al año en España.

Expertos e instaladores de equipos de refrigeración -la instalación que con más frecuencia actúa como foco de contagio- ya advirtieron poco después de que se aprobara el decreto de que se trataba de una norma insuficiente, que no se podía cumplir y que se había elaborado de forma precipitada. La reunión de ayer pretendía resolver los 'vacíos' y los 'aspectos que no funcionan' del texto, como apuntó ayer a este diario uno de los asistentes. La semana que viene tendrá lugar en Madrid la segunda ponencia técnica.

La reunión sobre prevención y control de la legionelosis organizada por la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud, que agrupa a los responsables de las autonomías y del ministerio de Sanidad, comenzó el miércoles con ponencias por parte de los sectores relacionados con el control y la propagación de la bacteria. Sociedades científicas de epidemiología y medicina preventiva, entre otras, y asociaciones empresariales de fabricantes e instaladores de equipos de refrigeración expusieron su análisis del actual decreto y las mejoras que se podrían introducir.

Entre las conclusiones debatidas ayer por los directores generales de salud pública se encuentran las de implantar un protocolo único de medidas preventivas en todos los hospitales estatales para controlar la proliferación de la legionela o la posibilidad de instalar sensores o filtros contra la bacteria en las áreas de tratamiento de los pacientes inmunodeprimidos.

Revisiones

La norma vigente, de julio de 2001, se centra en las condiciones de mantenimiento de las instalaciones donde es más fácil que se desarrolle la bacteria y especifica las instrucciones del montaje y el funcionamiento de estos aparatos. Ayer se planteó un debate sobre cuál es la administración (autonómica o municipal) responsable de censar instalaciones, y también sobre la eficacia de los biocidas que actualmente se emplean en la limpieza de los equipos y la necesidad de revisar la efectividad de los productos de desinfección. Otras medidas propuestas fueron las de considerar inversión medioambiental la renovación de las instalaciones de riesgo.