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Cinco países invierten 100 millones para cartografiar la diversidad genética humana

El 'HapMap' clasificará las poblaciones según su origen y su propensión a enfermedades

El genoma humano ha acelerado mucho el estudio de las infrecuentes enfermedades que dependen de los errores en un solo gen, pero las dolencias más comunes -infarto, cáncer, diabetes, Alzheimer, Parkinson, artritis, asma- presentan componentes genéticas muy complejas y escurridizas al análisis. Para abordarlas, Estados Unidos y otros cuatro países han decidido financiar con 100 millones de dólares (similar cifra en euros) un nuevo enfoque sistemático llamado HapMap, que pretende cartografiar mediante un atajo casi toda la diversidad genética humana.

Los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de Estados Unidos cargan con la mayor parte de la financiación del HapMap, unos 39 millones de dólares en los próximos tres años. Los otros miembros del consorcio son los gobiernos de China, Japón y Canadá y la fundación Wellcome Trust de Londres.

Los científicos empezarán analizando a unas 200 personas de Japón, China, Nigeria y de la población norteamericana de origen europeo, porque tienen razones para creer que esas cuatro muestras contienen casi toda la variabilidad genética de la humanidad actual. En realidad, el proyecto inicial de los NIH (http://grants.nih.gov/grants/guide/rfa-files/RFA-HG-02-005.html) sólo consideraba necesario analizar muestras de tres poblaciones: una asiática, otra africana y otra de origen europeo. La división de la primera en las variantes china y japonesa parece responder a criterios más económicos que científicos.

HapMap significa 'mapa de haplotipos'. Un haplotipo es un gran segmento de ADN, con todas sus variaciones entre una persona y otra, que suele heredarse como un bloque, sin que sus partes se barajen (recombinen) entre una generación y la siguiente. En el último año, Mark Daly, David Altshuler, Eric Lander y otros investigadores del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han descubierto que estos bloques son muy comunes en la especie humana. Esto implica una gran simplificación técnica, puesto que, para describir la composición genética de cualquier individuo, bastará con saber su combinación de bloques (haplotipos).

El director del proyecto genoma público, Francis Collins, aseguró ayer a The New York Times que el HapMap 'proveerá el eslabón perdido crucial para permitir que investigadores de todo el mundo descubran los factores hereditarios de las enfermedades comunes y de la respuesta a los fármacos'.

El genoma humano es un texto de ADN que mide 3.200 millones de letras (cada letra es un compuesto químico simple llamado base o nucleótido). Determinar el orden (secuencia) de todas esas letras en un solo individuo fue el objetivo del proyecto genoma. Las diferencias innatas entre unas personas y otras se deben a las alteraciones de una pequeña fracción de esas letras, y conocerlas en cada individuo tendría una gran relevancia médica. Pero secuenciar el genoma de los 6.000 millones de habitantes de la Tierra es implanteable. El nuevo proyecto es un atajo para lograr los mismos beneficios.

Comparando parte de los genomas de distintas personas, los genetistas han calculado que, en la humanidad en su conjunto, hay unos 10 millones de diferencias de una sola letra (cada una se llama un snip. Entre ellas deben estar las responsables de toda la variedad humana de base hereditaria.

Los snips han resultado muy útiles para encontrar genes que, por sí solos, promueven enfermedades infrecuentes. Comparando los snips de las personas afectadas con los de las sanas, es relativamente fácil ir acorralando al gen culpable hasta identificarlo. Pero con las dolencias más comunes, que dependen de muchos genes, la explosión combinatoria de 10 millones de snips hace inviable esa estrategia. La esperanza es que el HapMap, al agrupar cientos de snips en bloques universales en todas las poblaciones humanas, devuelva el problema a una combinatoria manejable.

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