Lula está a un solo punto de ganar en la primera vuelta en Brasil

'Nunca en la historia de este país la sociedad, desde los empresarios hasta las personas más humildes, va a ser tan llamada a ayudar a encontrar soluciones y a poner en práctica políticas públicas como lo será a partir del 1 de enero, si ganamos las elecciones'. El candidato a la presidencia de Brasil por el Partido de los Trabajadores (PT), Luis Inácio Lula da Silva, hizo estas declaraciones ante una nutrida representación de la prensa internacional ayer en São Paulo.

El ascenso imparable en las encuestas empuja a Lula a hablar como un seguro vencedor en las elecciones del próximo domingo. El último sondeo de Datafolha atribuye al candidato del PT el 49% de los votos válidos (excluidos los blancos y nulos). Esto sitúa a Lula a sólo un 1% de ganar la presidencia en la primera vuelta. La suma de los votos de los otros tres principales candidatos alcanza el mismo porcentaje de Lula, según la encuesta.

'Una oportunidad, una chance', reclamó el máximo favorito a suceder a Fernando Henrique Cardoso, tal y como ha hecho en las últimas semanas a lo largo y ancho de su país. 'Sólo quiero la oportunidad de demostrar que el PT va a ser mucho más eficaz en el manejo de la cosa pública de lo que fue cualquier Gobierno en la historia de Brasil'. Sin renunciar a sus orígenes de sindicalista metalúrgico, Lula respondió con aplomo y solvencia una batería de preguntas sobre su supuesta falta de preparación, la desconfianza que despierta en los mercados, el recelo de Washington y sus relaciones con Fidel Castro y Hugo Chávez.

'Hay gente que tiene ideas preconcebidas. No por ser conservadoras, sino por falta de información', respondió. 'Tengo relaciones políticas con Castro y con Chávez, pero también con Fox [presidente de México] y con los presidentes de muchas otras naciones'. Lula aseguró que un eventual Gobierno bajo su presidencia no tendría preferencias en sus relaciones internacionales: 'Cada país tiene que establecer su propia estrategia internacional, tanto comercial como política'. Al referirse a la caída del real frente al dólar, que ayer llegó a cotizarse a 4 por 1, Lula dijo suscribir la reciente declaración del presidente Cardoso, que fustigó a los especuladores, a los que acusó de 'falta de responsabilidad'. 'Todas las elecciones generan incertidumbre, hasta las de Gran Bretaña con Blair, las de Alemania con Schröder o las de México con Fox. Brasil no va a quebrar', sentenció.

El domingo por la noche, el PT realizó en São Paulo uno de los mayores mítines de cierre de campaña. Según cálculos de la Policía Militar, asistieron unas 100.000 personas. Junto a los principales candidatos y dirigentes del PT, Lula estuvo arropado por invitados internacionales: el reverendo estadounidense, ex senador y ex candidato presidencial del Partido Demócrata, Jesse Jackson, 'perseguido en EE UU por ser negro', dijo;el ex candidato presidencial mexicano Cuahutémoc Cárdenas, y el presidente de la Central de Trabajadores de Argentina, disidente del sindicalismo peronista, Víctor de Genaro. Jackson comparó a Lula con Martin Luther King y Nelson Mandela.

La fiesta del PT en la ciudad más poblada de Brasil contó con toda la parafernalia de los grandes actos de masas de Lula: colorido, música con el inconfundible ritmo brasileño y una multitud que aclamaba al que ya consideran presidente. Lula aprovechó la ocasión para hacer un discurso cargado de emoción: 'Por primera vez en la historia de América Latina el pueblo va a elegir a un trabajador que vive los mismos problemas que vosotros'. 'No quiero hacer mucho, sólo lo esencial', añadió. Prometió cumplir 'cada palabra' del programa de gobierno del PT y anunció su voluntad de gobernar 'con el corazón y el sentimiento'.

A quienes dicen que un antiguo sindicalista metalúrgico no está preparado para ser presidente les recordó que 9 de los 16 miembros de la Academia de Letras de Brasil han dicho en público que votarán a Lula y homejeó a Machado de Assis, fundador de la Academia, 'a pesar de que no tuvo título universitario'.