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Entrevista:MARK LEHNER | Egiptólogo

'Ahí dentro, en la Gran Pirámide, hay algo por descubrir'

Jacinto Antón

El hombre teme al tiempo, pero el tiempo teme a las pirámides, reza el viejo proverbio árabe. Y las pirámides, ¿a quién temen las pirámides? Seguramente a hombres como el egiptólogo estadounidense Mark Lehner, capaces de revolver en sus pétreas entrañas y de desvelar sus bien guardados secretos.

Lehner, de 52 años, es uno de los mayores expertos mundiales en pirámides y autor de la imprescindible The complete pyramids (1977) y una de las estrellas del actual firmamento de la egiptología junto a personajes como Nicholas Reeves o Kent Weeks. Ha viajado a Madrid después de ser protagonista, con su colega egipcio Zahi Hawass, de la exploración mediante un robot de un extraño canal en el interior de la Gran Pirámide de Keops, en Giza. La investigación, cuyo momento culminante, la superación de una portezuela en el conducto, se retransmitió en directo por televisión, acabó con un nuevo enigma, pues reveló la existencia de lo que parece otra puerta. Las pirámides y sus cámaras secretas> lo emite el sábado a las 22 horas Nacional Geographic Channel. Lehner suele lucir sombrero y aire audaz a lo Indiana Jones, pero hoy en Madrid ofrece un aspecto cansado y algo tenso. Se podría pensar que es por no haber encontrado un arca perdida, pero se debe en realidad a que le han extraviado la maleta.

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Pregunta. Por favor, ¿qué hay ahí detrás, en el canal?

Respuesta. De verdad, no lo sé. Pero déjeme que subraye que todo es muy extraño. Nos sorprende el enorme cuidado con el que fueron realizadas esas piezas de piedra caliza que bloquean el paso, muy pulidas, muy bien hechas. Todo está construido muy cuidadosamente.

P. Se ha hablado de improntas de sellos y de huellas digitales en esas portezuelas.

R. No hay nada de eso.

P. Resulta un poco frustrante.

R. Bueno, hemos ido un poco más allá en el misterio y eso no ha hecho más que acrecentar el enigma. Pero no estamos nada decepcionados. Le diré una cosa: lo que está claro es que hay algo ahí. Si se tomaron tanto cuidado es por algo. Todo esto de la exploración, lo que ha hecho es que sintamos más curiosidad y más ganas de seguir investigando. Vamos a seguir, y saldrá más información, toda una historia de por qué y para qué se hicieron esos conductos, lo que contribuirá a darnos datos fundamentales sobre la Gran Pirámide.

P.¿Cuándo volverán a avanzar?

R. Necesitamos un poco de tiempo; ha sido agotador llegar hasta aquí. Hay que volver a planificar la acción. Hay que obrar con mucha prudencia; en la egiptología se va siempre paso a paso.

P: En fin, ¿su experiencia en pirámides no le permite aventurar algo?

R: Es difícil de decir, porque la Gran Pirámide es la única que tiene esos conductos.

P. El conducto que investigan, el canal sur de la llamada Cámara de la Reina, y su simétrico, el norte, son diferentes de los otros dos que parten de la Cámara del Rey.

R. Sí, aquellos llegan hasta fuera, éstos no, por lo que sabemos. Y su arranque en las paredes de la Cámara de la Reina estaba escondido hasta que los descubrió y abrió Dixon en 1872. Una de las investigaciones a realizar es tratar de encontrar el punto adonde irían a desembocar en el exterior y tratar de entrar desde ahí.

P. Aparte de los canales que estudian, ¿cree que hay más misterios en la Gran Pirámide? Se habla recurrentemente de cámaras secretas, pasillos, pozos. Desde el califa Al Mammun en el siglo IX hasta las investigaciones con escáner electromagnético de los japoneses de la Universidad de Waseda en 1987 y la controvertida exploración del robot Upuaut del alemán Gantenbrink en 1993, todo el mundo ha buscado esos espacios escondidos.

R. Claro que es posible encontrar cosas sorprendentes en la Gran Pirámide. Recuerde que en 1954 se descubrió entero, desmontado, en una trinchera al pie de la cara sur, uno de los barcos solares del faraón. Y en 1987, otro, que aún no se ha extraído. En 1925 se halló, intacta, la tumba de la reina Hetepheres, la madre de Keops, a 12 metros de la pirámide. Y en otra pirámide, la de Esnefru, en Meidum, un equipo francoegipcio descubrió en 2000, mediante una endoscopia, dos nuevas cámaras y un pasillo que nadie conocía.

P. ¿Cuál es para usted el gran misterio de la Gran Pirámide?

R. Su significado. Sabemos que fue la tumba de un dios, de un faraón, pero no qué significaba. La Gran Pirámide es única en su sistema de cámaras. La única en que la cámara funeraria está tan alta. ¿Por qué? ¿Y por qué tres cámaras? La mayoría no creemos ya que fuera porque el faraón cambiara de opinión. A entender todo eso nos pueden ayudar el robot y sus descubrimientos.

P. Pero los conductos son muy pequeñitos, ¿no es descorazonador eso?

R. Son pequeños, pero pueden llevar a una cámara. Pueden haber puesto muchas cosas ahí. Verá, no creo que haya una cámara muy grande detrás de la puerta, porque está muy cerca de la superficie de la pirámide, pero…

P.¿Qué podría haber?

R. Herramientas de los trabajadores, escrituras sagradas, una estatua del faraón…

P.¿Sabemos a ciencia cierta cómo se construyeron las pirámides?

R. Hay aún algunos puntos oscuros, pero tenemos un modelo razonable de rampas, trineos y sistemas de palancas.

P. A despecho de Cecil B. de Mille, no había latigazos, parece.

R. La nueva imagen que ha surgido al excavar la ciudad perdida de los obreros en Giza, junto a las pirámides, es la de una fuerza de trabajo de unas 20.000 personas, muy bien organizada, con personal especializado fijo y una masa rotatoria enrolada en cuadrillas que a veces hasta competían entre ellas y nos han dejado en grafitos sus nombres como "los amigos de Keops" o "los borrachos de Micerino". No parece que se tratara de trabajo esclavo bajo un régimen estalinista. Yo lo veo como cuando los Amish , ¿sabe quiénes son los Amish?

R: Los de la película Único testigo .

R: Pues como cuando ellos construyen un granero, hay una obligación colectiva de participar; es duro, pero no excluye cierta parte festiva. Debía de ser una gran aventura participar en la construcción de la pirámide, y no debemos menospreciar el poder de socialización de esa experiencia, su capacidad de crear una conciencia de ser egipcio.

P. Usted empezó en la egiptología desde el lado malo, siguiendo las extravagantes teorías del visionario Edgard Cayce y su búsqueda en Giza de la Sala de los Registros, un compendio de sabiduría universal que nos habrían legado los habitantes de la Atlántida. Formó parte, pues, de lo que se ha dado en llamar, con perdón, los piramidiotas,> esa gente como Bauval, Hancocok o Wilson, que sugieren que las pirámides no las construyeron los egipcios…

R. Sí, ideas del New Age. He de decir en mi descargo que nací y me crié en Fargo, Dakota del Norte, muy lejos de Egipto. Luego, al viajar allí y tomar contacto real con las antigüedades, cambié y dejé de creer en todas aquellas fantasías.

P. ¿Podrá la Gran Pirámide dejar algún día de ser objeto de esoterismos y de teorías espúreas?

R. Difícilmente. Hay gente que tiene una necesidad religiosa de creer en la existencia de seres y civilizaciones arcanas superiores. Es como en el Mago de Oz, no ven la gente normal que hay detrás de un monumento como la Gran Pirámide, y cuyos testimonios encontramos por todas partes. En los grafitos, en las panaderías que desenterramos en la ciudad de los trabajadores, en sus esqueletos, que muestran lesiones por manipular grandes pesos.

P.¿Qué opina de haber convertido la exploración de la Gran Pirámide en espectáculo televisivo?

R. Se trata de un procedimiento no destructivo que invita a compartir la visión de algo que ha permanecido oculto miles de años. Y tiene un aspecto muy positivo: desmonta la teoría de la conspiración, la peregrina idea de que estamos escondiendo algo, a la que son tan dados esos autores que ha citado antes. La contrapartida es que exige una rápida gratificación del público, y eso, como se ha visto, no puede garantizarlo la egiptología.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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