La crisis de EEUU paraliza los contratos de clementinas

La incertidumbre sobre la apertura de las fronteras de Estados Unidos a las clementinas españolas está provocando un estancamiento de las negociaciones entre productores y firmas exportadoras. Nadie se atreve a dar el primer paso y se espera a la evolución del mercado y de los pedidos para empezar a pactar las cosechas. Tanto es así, que según el presidente de los exportadores de cítricos de Castellón, Vicent Bordils, en estos momentos los compromisos adquiridos en el campo, de manera escrita o verbal, no suponen 'ni el 10% de los asumidos el año pasado por las mismas fechas'. Bordils, que también forma parte de la interprofesional citrícola Intercitrus y que cuenta con muchos años de experiencia en el sector, asegura que 'nunca se había encontrado con una campaña en la que a estas alturas el mercado estuviera tan paralizado' en los campos de cítricos de la Comunidad.

Para el representante de los exportadores citrícolas en esta situación anómala la crisis con EE UU está jugando un 'importante papel psicológico' y, sobre todo, una traba fundamental a la salida de las clementinas primerizas, 'básicas para el desarrollo de los mercados y para tener una idea de los precios'. La clave del asunto es precisamente la venta de estas clementinas tempranas, que, como la marisol, 'carecen de salida en mercados que no sean el norteamericano'.

Pocas esperanzas

Tanto los agricultores, como los exportadores y las cooperativas, 'tienen pocas esperanzas', en palabras de Bordils, de reanudar los envíos a este país en octubre, como había prometido la Administración. Habrá que buscar entonces el 'auxilio de los mercados tradicionales' como el europeo, que desprecia esta variedad, lo que 'provocará una caída del precio que será muy difícil de remontar cuando se envíen las clementinas de mayor calidad', según reflexionaba el presidente de los exportadores de cítricos castellonenses. Con esta situación, resulta imposible discernir cómo será la campaña. Bordils considera que aunque las naranjas 'no se quedarán en el árbol', habrá que negociar 'según evolucione el mercado', en contra del método tradicional de fijar los precios de antemano. La falta de perspectiva, la incertidumbre y las dificultades que ello comporta, puede pasar factura al sector.

La incertidumbre a la que se refería Bordils está en la mente de todo el sector citrícola, que se enfrenta a una campaña incipiente sin que la secuencia de acontecimientos en esta crisis garantice la reapertura del mercado norteamericano el día 1 de octubre. El próximo lunes finaliza el plazo de presentación de alegaciones al nuevo protocolo de exportación citrícola entre España y Estados Unidos. Una parte del sector, en este sentido, ha alertado de la posibilidad de que las numerosas alegaciones desde el país norteamericano retrasen la reapertura del mercado. En el calendario de la crisis también está prevista una nueva visita de una delegación de inspectores estadounidenses, el próximo día 16.