Cuba decide adaptar su producción de azúcar a las leyes del mercado
La reforma industrial afectará a más de 100.000 trabajadores
La producción de azúcar en Cuba se transformará radicalmente en los próximos dos años y pasará a regirse por las leyes del mercado. Esa reestructuración, la más importante de la industria cubana desde hace décadas, pretende remediar la falta de competitividad frente a los bajos precios del mercado internacional. El Gobierno propone programas específicos para la reconversión de los trabajadores afectados.
La reestructuración del sector, que supondrá el cierre de casi la mitad de las centrales azucareras del país, afectará a más de 100.000 trabajadores, pero el Gobierno ha previsto garantizar un trabajo o estudios a la totalidad. 'Nadie quedará abandonado o desempleado', declaró ayer en La Habana el ministro del Azúcar, Ulises Rosales del Toro.
Se trata de la reconversión más importante que se ha producido en la industria cubana en décadas. Hasta la caída del campo socialista el azúcar representaba el 80% de las exportaciones de la isla, pero en el último decenio el turismo se convirtió en la principal fuente de ingreso de dólares. 'Debido a los bajos precios en los mercados internacionales, a partir de ahora', dijo Del Toro, 'se producirá anualmente una cantidad no mayor a cuatro millones de toneladas de azúcar', mientras en los ochenta las zafras eran de ocho millones de toneladas. 'El objetivo es producir azúcar a bajos costos. Si tenemos capacidad de moler más caña pero aumentan los gastos de producción, entonces no nos interesa'.
Del Toro ofreció ayer una conferencia de prensa en la que explicó que el 60% de las tierras dedicadas al cultivo de caña en la isla pasarán a dedicarse al cultivo de vegetales y a la ganadería. 'El propósito es ser eficientes en lo que hagamos y resolver los problemas del país', dijo en varias ocasiones el ministro.
Cursos para los afectados
Pero la introducción de métodos de gestión y producción capitalista tendrán sus límites: la filosofía es hacerse cargo de todos los trabajadores cesantes y pagarles su salario íntegro. Una parte de los 100.000 campesinos y obreros agrícolas serán recalificados para que se incorporen a corto plazo a la producción de cultivos varios y alimentos. Otra, la friolera de 60.000 trabajadores, pasarán a estudiar y superarse en cursos que organiza el propio Ministerio del Azúcar, que abonará a los interesados el 100% de su sueldo promedio del último año. Los 15.000 universitarios que trabajan en el sector también tendrán la posibilidad de estudiar otra carrera. Del Toro indicó que las comunidades campesinas que existen alrededor de los 70 ingenios azucareros desactivados serán protegidas y no se disgregarán.
El ministro precisó que 420.000 trabajadores están empleados en el sector azucarero, es decir, el 10% de la población activa de la isla. Pese a que se van a reducir las áreas de cultivo de caña y a cerrar fábricas, los afectados van a seguir vinculados a su ministerio. 'Nos hace falta fuerza de trabajo para atender los nuevos cultivos. Sólo para atender las 30.000 hectáreas que se van a sembrar se requieren entre 250.000 y 300.000 trabajadores'.
Del Toro aclaró que no se van a privatizar las grandes extensiones de tierra estatales hasta ahora dedicadas a la caña de azúcar, sino que se va a 'mantener el esquema productivo'.
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