_
_
_
_
Reportaje:

Nablús, entre el toque de queda y el miedo a las deportaciones

El gobernador de la ciudad cisjordana asegura que la situación es crítica: faltan alimentos y empieza a haber malnutrición

Los Al Ayuri, dos de cuyos miembros se encuentran detenidos y eventualmente serán deportados a la franja de Gaza, han comenzado a reconstruir la vivienda familiar que les fue dinamitada. Todo esto, porque los servicios de seguridad israelíes llegaron a la conclusión de que prestaron apoyo logístico a su hermano Alí, presunto terrorista que fuera después objeto de una operación de asesinato selectivo. La familia espera con desesperación el desenlace de un proceso judicial que podría resolverse el próximo lunes. Al igual que los más de 220.000 habitantes del área autónoma de Nablús, los Al Ayuri solamente han disfrutado de 47 horas de levantamiento del toque de queda durante los últimos dos meses.

'Asesinaron a Alí, nos dejaron sin nada y ahora quieren deportar a dos de los nuestros'
Más información
El Ejército israelí comienza su retirada de los territorios palestinos ocupados
Hallado muerto a tiros en un apartamento de Bagdad el terrorista palestino Abu Nidal
El ministro israelí de Defensa anuncia un aplazamiento de la retirada de Hebrón
Israel inicia una operación militar en Gaza tras el avistamiento de un falso cargamento de armas
Tema:: 50 años de lucha
Participación:: Desde el corazón del conflicto
Gráfico animado:: La ofensiva israelí

Ahmed al Ayuri, hermano mayor de Intisar, Kifah y Alí, trabaja ya en la reconstrucción del bloque de seis apartamentos en que vivía su familia, hasta que fue demolido el pasado 19 de agosto a las dos de la madrugada. Ahmed comenta que 22 personas, la mayoría de ellas mujeres y niños, se quedaron sin techo. Según afirma, dispusieron de menos de dos minutos para coger todas las pertenencias que pudieron y evacuar el edificio. Otros ocho edificios próximos se vieron también afectados, sufriendo el derrumbamiento de fachadas y tabiques. Las demoliciones quirúrgicas son imposibles dentro de un pequeño campo de refugiados en el que viven más de 12.000 personas y donde las casas están separadas por estrechos callejones que en ocasiones no llegan al metro de anchura.

'Creo que lo que intentan hacer con Intisar y Kifah es totalmente injusto', declara Ahmed junto al solar en que antes se erguía su casa. 'Ellos lo único que hicieron fue dar alojamiento o comida a Alí, que en ese momento tenía que mantenerse en la clandestinidad, pues le estaban buscando para matarlo', añade. 'Pero en ningún momento están involucrados en la resistencia', dice Ahmed, que se niega a calificar a su hermano de terrorista, a pesar de que supuestamente organizó un doble atentado suicida frente a la vieja estación de autobuses de Tel Aviv, que causó la muerte de tres trabajadores extranjeros y heridas a otras 20 personas.

Ahmed, que pasó 32 días detenido y fue interrogado en varias ocasiones también por presunta colaboración con su hermano, condena la estrategia represiva practicada por Israel. 'Asesinaron a Alí, nos dejaron prácticamente sin nada, y ahora quieren deportar a dos de los nuestros', critica. Aunque todavía no hay una sentencia firme, lo más probable es que antes o después el Tribunal Supremo israelí autorice su expulsión a la franja de Gaza, sobre todo si se produce algún nuevo atentado suicida. Pues lo que antes era inimaginable dentro de un Estado de derecho en el que la aplicación de los principios éticos y jurídicos que lo fundamentan era totalmente escrupulosa, la dinámica terrorista lo ha hecho posible.

El área autónoma de Nablús es, con diferencia, la que menos horas de levantamiento de toque de queda ha experimentado entre todas las ciudades cisjordanas. Si el plan Gaza Primero ha de funcionar, ésta sería probablemente la última en que se aplicaría, comenta el gobernador de Nablús, Mahmud al Alul, quien gestiona la ciudad de forma ininterrumpida desde 1996. Al Alul nos hace de guía por el casco antiguo de la ciudad, la casbah, que ha sido sistemáticamente destrozada por las tropas israelíes en el transcurso de las campañas Muro Defensivo y Camino Firme. Según el gobernador, 280 familias se han quedado en la calle debido a la destrucción de sus casas, unas veces de forma intencionada, y otras fortuita.

'En estos momentos nos encontramos en una situación crítica. Nos faltan alimentos y medicamentos. Los enfermos no pueden acceder al hospital, sobre todo aquellos que necesitan chequeos periódicos o diálisis. Y empezamos a sentir los efectos de la malnutrición, tal como denunciaba recientemente un informe de los estadounidenses', asegura Al Alul, a quien el comandante del Ejército en la zona ha prometido levantar el toque de queda diario desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde a partir del próximo 1 de septiembre, en que comienza el curso escolar. No obstante, la gente se muestra escéptica ante la eventualidad de la aplicación de este sistema, que lleva ya varias semanas aplicándose en Ramala.

La ciudad de Nablús, los campos de refugiados de Askar y Balata, y los pueblos próximos, constituyen el área cisjordana donde la penetración del extremismo islamismo es más fuerte. Además, la presencia de asentamientos de colonos radicales en sus inmediaciones, como, por ejemplo, la colonia de Elon Moreh, y de asentamientos religiosos como el de Enmanuel, hacen que la retirada del Ejército israelí se vaya probablemente a retrasar en la zona.

Fátima Juald levanta el Kaláshnikov de su hijo Ayman durante el funeral de éste en Nablús.
Fátima Juald levanta el Kaláshnikov de su hijo Ayman durante el funeral de éste en Nablús.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_