La esterilización ha crecido un 20% en Euskadi en los últimos cinco años
Tres de cada cuatro intervenciones de esterilización son vasectomías y sólo un 25%, ligaduras de trompas
Las intervenciones de esterilización han crecido de manera significativa en el País Vasco durante los últimos cinco años, una tendencia que algunos expertos consideran que va a tocar techo en breve. En concreto, los principales centros sanitarios públicos vascos han realizado un 20% más de operaciones de estas características que un lustro antes, aunque este dato debe matizarse, ya que mientras las ligaduras de trompas han decrecido sustancialmente en dicho periodo de tiempo, las vasectomías han aumentado de manera significativa.
Los demandantes de estas operaciones responden a un perfil tipo: hombres y mujeres de 35 años, con pareja estable y dos hijos de media. Las estadísticas reflejan también que, a medida que aumenta el nivel cultural y socioeconómico, disminuye el uso de estos métodos anticonceptivos.
El aumento del número de vasectomías en la población vasca se enmarca dentro de un proceso de evolución social en el que los hombres asumen progresivamente un mayor compromiso en la decisión de una pareja de no tener más hijos. En 1997, el 42% de las intervenciones de esterilización realizadas en centros públicos eran ligaduras de trompas, mientras el año pasado sólo suponían el 23,5%. En cifras globales significa que se han reducido un 33%.
Por contra, según datos de los principales hospitales vascos -Cruces, Galdakao, Basurto, Donostia, Txagorritxu y Santiago Apóstol-, las vasectomías han pasado de ser el 58% al 76,5% de los casos, creciendo en números absolutos un 57% en estos cinco años.
Además del cambio de mentalidad, uno de los factores que determina esta evolución es la mayor sencillez de la operación en el caso de los hombres. La vasectomía es una técnica que realizan los urólogos con anestesia local y sin necesidad de ingreso. No dura más de un cuarto de hora. En el caso de la ligadura de trompas, se realiza en quirófano con anestesia general, por vía laparoscópica, lo que significa que es una cirugía mayor. Los posibles riesgos y complicaciones son mayores, y la paciente requiere un día de hospitalización.
'Estamos con porcentajes muy elevados para una sociedad que se considera moderna', señala Iñaki Lete, jefe del servicio de Ginecología del hospital vitoriano de Santiago Apóstol. Las cifras del País Vasco están más cerca de las de Brasil que de las de los países más avanzados de Europa, según el médico alavés.
La existencia de dispositivos intrauterinos de alta eficacia y la propia píldora lleva a pensar a los especialistas que la esterilización ha tocado techo.
Desde hace varios años, los centros públicos han 'democratizado' estas intervenciones asumiendo la mayoría de las mismas, aunque la clínica Euskalduna de Bilbao ha realizado más de 12.000 vasectomías desde 1985, y actualmente realiza unas 250 cada año. El presidente de la Sociedad Vasca de Contracepción, Roberto Lertxundi, reconoce que en los centros privados se han reducido las intervenciones al ofertarlas Osakidetza.
Estos métodos quirúrgicos de esterilización van acompañados de cierto porcentaje de arrepentimientos. La clínica Euskalduna es, precisamente, un centro de referencia en la operación que revierte la esterilización masculina, con cerca de 300 operaciones de este tipo realizadas desde el año 1989. 'Si la vasectomía es romper una botella, la vaso-vasostomía sería pegar los pedazos', explica Lertxundi. Mientras la ligadura de trompas se puede considerar prácticamente como irreversible, los hombres vasectomizados disponen de una técnica compleja, pero que en un 70% de los casos permite volver a tener hijos. 'El motivo para ello siempre es el mismo', indica Lertxundi: el hombre cambia de pareja y quiere tener hijos de esta nueva relación.
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