Arafat acepta el plan israelí de retirada gradual de las tropas
El Ejército replegará sus tropas por etapas si los palestinos impiden los atentados
La cúpula de la Autoridad Palestina dio ayer su aprobación al plan de seguridad propuesto por el ministro israelí de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, por el que su Ejército se retirará de los enclaves que ha ocupado en la franja de Gaza. El eventual éxito en la aplicación de este plan piloto haría posible su extensión a otros territorios autónomos en Cisjordania. Por su parte, el gabinete de seguridad israelí se reunió para analizar las posibles reacciones ante la ejecución de un atentado terrorista que causase un gran número de víctimas.
El Gobierno palestino, presidido por Yasir Arafat, mantuvo una sesión en su sede de Ramala, en la que dio su aprobación al plan de seguridad. A la salida de la reunión, el ministro palestino de Planificación y Cooperación Internacional, Nabil Saath, declaró: 'Hay una aprobación inicial del plan de seguridad israelí'. Saath manifestó también su descontento por el hecho de que Ben Eliezer no aceptara la inclusión de Ramala ni en la primera ni en la segunda fase del plan, relegando la capital administrativa a una tercera etapa.
Según este plan, bautizado como Gaza Primero, el Ejército israelí se retiraría a las posiciones que ocupaba antes del comienzo de la Intifada, dentro de y alrededor de la franja de Gaza, y evacuaría los enclaves reocupados desde entonces, debido a razones militares y de seguridad de los asentamientos. A partir de esa situación, si las fuerzas de seguridad palestinas fueran capaces de impedir los atentados, las emboscadas y los ataques con morteros caseros, el plan pasaría a aplicarse de forma progresiva en otras ciudades autónomas palestinas.
Las áreas elegidas para la segunda fase son Jericó, Belén y Hebrón, por este orden, dado que los analistas militares israelíes afirman que son las que menor amenaza suponen como bases logísticas de las organizaciones extremistas. Sólo en el caso de que estos planes de seguridad dieran el fruto deseado, las fuerzas israelíes procederían a retirarse de las otras cinco ciudades autónomas, que ayer, miércoles, cumplían su tercer día consecutivo bajo completo toque de queda. En el caso de Nablús, se cumple ya su tercera semana de bloqueo.
No obstante, la viabilidad del plan ya ha quedado puesta en entredicho. A su rechazo por parte de los movimientos islamistas radicales Hamás y Yihad Islámica, se unió el del Frente Popular para la Liberación de Palestina, que emitió un comunicado de condena desde su sede en Damasco. Todas estas fuerzas palestinas criticaron a la Autoridad Palestina por aceptar un concepto regresivo, que supone una vuelta al statu quo de 1994, cuando se asumieron las primeras competencias en Gaza y Jericó.
Según el asesor presidencial Nabil Abu Rudeina, el Gabinete palestino aprovechó también para discutir la inminente visita a Washington de una delegación que estará encabezada por el titular de Administración Local y jefe del equipo de negociadores, Saeb Erekat, y que se entrevistará con el secretario de Estado, Colin Powell, y con la asesora de Seguridad Nacional, Condolezza Rice.
Mientras tanto, el primer ministro israelí, Ariel Sharon, convocó ayer una reunión extraordinaria del gabinete de seguridad para analizar conjuntamente con el Estado Mayor del Ejército la perspectiva de atentados de grandes dimensiones. Entre ellos, la posibilidad de que se produzca un ataque contra alguno de los rascacielos de Tel Aviv, o contra un gran depósito de combustible.
La reunión contó con la presencia de los titulares de Exteriores, Simón Peres, y de Defensa, así como de algunos mandos militares. Aunque sus conclusiones no fueron hechas públicas, la reacción ante el peor de los escenarios posibles conllevaría a su vez el completo desmantelamiento de la Autoridad Palestina.
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