Ángel González afirma que su poesía se mueve entre obsesiones

'La mañana no es el mejor momento del día', confesó ayer el poeta Ángel González (Oviedo, 1925) antes de la lectura de sus poemas en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense. Apenas se notó. El escritor recorrió su obra en el encuentro Poesía española: de las vanguardias a las nuevas voces. 'Mi poesía se ha movido siempre entre ciertas obsesiones. Desde mi primer libro aparece ya la veta testimonial'. Poemas autobiográficos en los que habla del tiempo, el amor, la denuncia social.

El poeta contó cómo su obra fue perdiendo con los años 'vuelo lírico' a favor de un estilo más prosaico e irónico. 'Era una poesía que pretendía acercarse a la política, a los problemas del momento del país'. Y añadió: 'En la época de Franco los hombres y las cucarachas éramos seres vivos muy parecidos'. Miró al público, se metió un caramelo en la boca y siguió. González habló de la censura y cómo alguna vez consiguió escapar de ella gracias a un 'censor cómplice o más tonto de lo habitual'. Pero lo peor era el censor que cada escritor llevaba dentro. 'Ése era el más difícil de quitarse de encima'. Sobre qué podía hacer la poesía para cambiar el mundo, dijo: 'Cambia nuestra percepción, le añade matices, y si percibimos de manera distinta, el mundo ya está cambiando'.