Nada de nada
Después de la triunfal y gloriosa reconquista del islote norteafricano la madrugada del 17 de julio, -ojo a la fecha-, con tiempo duro de levante, como en Lepanto, y de lo del Archivo de Salamanca, José Maria Aznar debería aclararnos si su entorno tardo-falangista quiere una España concebida como una Unidad de Destino en el Perejil, o como una Unidad Archivística en lo Universal.
Por cierto, que se despida Alemania de recuperar la valiosas obras de arte requisadas por el Ejército Rojo. Que no esperen los descendientes de las miles de familias judías expoliadas por los nazis recuperar sus Corot o Matisse.
La doctrina Aznar es definitiva: nada de nada; se oponen a la Unidad Museística o Unidad Coleccionista. Seguro que tal doctrina está avalada por el Presidente del Tribunal Constitucional contra las perversas aspiraciones de lehendakaris de Oklahoma o de la Plaza Sant Jordi.
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