La divulgación novelada arrasa en el mercado

La ruta hacia el conocimiento y la cultura ya tiene un atajo. Y con éxito. Son los libros de divulgación resumida, o de síntesis y visiones panorámicas, para adentrarse en el saber o en los temas más académicos en todos sus tiempos y campos (desde los hechos históricos hasta los misterios del universo, pasando por el mundo intelectual), cuyas ediciones han aumentado con el nuevo siglo. Todo gracias a una reinvención del género que busca hacerlos más amenos, incluso novelados. El resultado, más lectores y que 'la cultura biográfica ha empezado a ser sustituida por la bibliográfica', afirma Juan Antonio González Iglesias, profesor de Lenguas Clásicas de la Universidad de Salamanca. Esta proliferación se debe a la crisis de la cultura y la lectura, según algunos editores, donde lo que prima, más que la memoria, es saber dónde encontrar el saber. 'Un síntoma de la modernidad última', según González Iglesias.

En 1991, El mundo de Sofía (Siruela) abrió una nueva puerta a los libros de divulgación cuando Jostein Gaarder noveló la historia de la filosofía. El éxito ha sido tal que en España se han vendido alrededor de 700.000 ejemplares y en el mundo 30 millones. La clave: mezclar el rigor con un lenguaje más literario y sencillo. Tras la fórmula de Gaarder siguieron libros que novelan o 'ficcionan' temas poco accesibles con un estilo más entretenido. Más que sacarlos de la academia, lo que pretenden es ponerlos en la calle al alcance de todos. La mayoría van firmados por prestigiosos investigadores, profesores o críticos literarios.

Es una fórmula a la que no escapa ningún tema. Algunos de sus más recientes herederos abordan los secretos de la ecuación de la teoría de la relatividad; los pasos que ha dado España, desde la edad de piedra hasta llegar a ser lo que es; los entresijos políticos, militares, culturales y religiosos que han conducido a la humanidad a esta época de decadencia; o las claves para comprender la importancia de Occidente en el desarrollo del mundo.

Un fenómeno editorial que debe su éxito a unos protagonistas inesperados. Los padres. Ellos, sin saberlo, convirtieron en best seller libros como El mundo de Sofía o después El viaje de Teo (historia de las religiones), porque, aunque iban dirigidos a los jóvenes, al leerlos descubrieron sus propias deficiencias o carencias. Así hallaron una forma amena de llenar ese vacío, afirma Michi Strausfeld, editora de la colección Las Tres Edades, de Siruela.

Los años noventa avanzaron, y a ese interés de los adultos por ponerse al día fácilmente se sumaron la falta de interés en la lectura e Internet, que ofrece acceso a todos los temas; 'un valor en una época con poco tiempo', asegura María Cifuentes, directora de Taurus. 'Compendian materias y dan información abreviada y seleccionada que el lector agradece porque', añade Cifuentes, ' les da más seguridad para quedar mejor en el trabajo o en reuniones'.

Para Carmen Esteban, de editorial Crítica, la acogida del gran público se debe a que 'queremos saber, necesitamos comprender a los demás y al mundo en que vivimos, no sólo en temas concretos, sino en procesos que expliquen el presente. Saber a partir del qué pasó, qué está pasando y cómo hemos llegado hasta aquí'.

Cifuentes recuerda el papel útil que cumplen estos libros cuando la cultura y la lectura están en crisis. Destaca el valor de la reinvención del género al acercar el conocimiento al gran público y sacarlo del sector académico. Un éxito que, según Esteban, hay que relacionarlo con el repetido nuevo interés por la historia. 'Creo que no es tal, porque el interés por la historia ha existido siempre, y gran parte de su acogida se debe a la narración, a la capacidad de intrigar al lector y mantenerlo embebido en el discurso'. A su vez, Strausfeld valora cualquier acercamiento a la difusión del saber siempre y cuando no se caiga en la superficialidad. 'Ése es uno de los riesgos, ya que se necesita que primen el rigor y la buena narración'.

Para Fernando García de Cortázar, pionero en España con la Breve historia de España, el éxito de estos libros responde al esfuerzo de comunicación del autor con el gran público. 'Las preguntas y respuestas de la academia no siempre corresponden a los intereses de la calle', afirma el historiador. Destaca que son libros comprometidos, 'no son la pura erudición, mezclan disciplinas y contextualizan'. Una pátina de conocimiento que nadie desprecia, porque quien quiera profundizar siempre podrá acudir a los libros especializados.

Construirse un currículo

Pero, aunque parezcan libros novedosos, no lo son tanto. El poeta y crítico literario González Iglesias recuerda que en el final de la antigüedad también proliferaron. Su nombre era el de epítomes o 'digestos', y su organización facilitaba el trabajo 'al lector abrumado por un exceso de la cultura que resultaba, según la metáfora alimenticia, indigesta'. Por eso advierte de los cuidados que hay que tener. Algunos, dice, los verán como libros de moda, alimentos light menos nutritivos y sabrosos, pero no siempre igual de sanos. 'A lo largo del siglo XX, educación y cultura han dejado de ser sinónimos. La cultura actual tiene que suplir muchas carencias del sistema educativo. Con esta autoayuda, cada cual se construye su currículo'. ¿Ventaja? 'Que lo hace más libremente'. ¿Inconveniente? 'Que falta un proyecto. Cada vez más la cultura corre el riesgo de ser una acumulación caótica de datos y de actos'.