El Tribunal de Estrasburgo dictamina que el nazi Papon no tuvo un juicio justo en Francia

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos sembró ayer el desconcierto entre las asociaciones francesas dedicadas a la defensa de tales derechos, al condenar a Francia por no haber permitido a Maurice Papon, un nazi sentenciado por crímenes contra la humanidad, que agotara todos los recursos a su condena. El tribunal sostiene que un condenado por esta clase de delitos también tiene derecho a las máximas garantías y entiende que el proceso de Papon no fue 'equitativo', en el sentido contemplado por la Convención Europea de los Derechos Humanos.

El abogado de Papon va a pedir la libertad provisional de su cliente, que tiene 91 años, mientras se sustancia el recurso. Papon cumple condena de diez años de prisión por complicidad en crímenes contra la humanidad, a causa de su papel en la deportación de judíos bajo la ocupación alemana, a principios de los años cuarenta, cuando trabajaba como alto funcionario para el régimen colaboracionista de Vichy.

Según los siete jueces europeos, los derechos de Papon fueron violados porque se le privó de un recurso ante el Tribunal de Casación, la máxima jurisdicción penal francesa, por no haberse 'constituido prisionero', de forma voluntaria, en la víspera de la vista oral. En virtud de una legislación ya abolida, pero vigente en la época del juicio, un sentenciado de la jurisdicción penal tenía que entregarse a la justicia para tener derecho a una apelación. El tribunal entiende que 'el respeto de la presunción de inocencia, combinado con el efecto suspensivo de la apelación', no es compatible con la obligación de un acusado de ser encarcelado, siquiera sea por un breve periodo.

La decisión no afecta al fondo de los hechos juzgados, sino a uno de los vicios de procedimiento alegados por los abogados de Papon ante el Tribunal Europeo. Los jueces rechazan que su detención constituya un trato 'inhumano y degradante', lo mismo que el pago de 2,7 millones de euros reclamados por el preso a título de daños y perjuicios.

Detrás de esta batalla en torno a las garantías laten los esfuerzos de los abogados de Papon para obtener la libertad del preso nonagenario, cuyas peticiones de gracia han sido negadas tres veces por el jefe del Estado, Jacques Chirac, y que también ha visto rechazada su solicitud de excarcelación por motivos de salud. Arquetipo del alto funcionario, los hechos por los que Papon fue condenado se produjeron durante su paso por la prefectura de La Gironda (1942), de la cual pasó a la de Las Landas en 1944. Miembros de la resistencia contra los nazis le denunciaron tras la Liberación, no obstante lo cual pudo continuar su carrera, primero como prefecto de Córcega y después en altos cargos del protectorado francés en Marruecos y de la Argelia francesa.

El camino que le llevó a la condena judicial fue largo. En 1981, el semanario Le Canard Enchaîné publicó documentos firmados por Papon que le comprometían en la deportación de 1.690 judíos de Burdeos durante la ocupación nazi. Fue acusado por primera vez en 1983, entablándose a continuación una batalla jurídica entre asociaciones de víctimas de la deportación y el ex ministro, que finalmente fue juzgado y condenado a diez años de reclusión, en 1998. Afirmando que prefería 'el exilio', Papon se marchó a Suiza, que le detuvo y devolvió a Francia. Actualmente lleva casi tres años en prisión.

Amargura de las víctimas

Los hechos de Burdeos no son las únicas actuaciones polémicas en la vida de Papon. En 1961 mandaba la policía de París, cuando se produjo la sangrienta represión contra una manifestación de argelinos que se celebró en la capital francesa, el 17 de octubre de 1961. También fue denunciado por la muerte de nueve personas, ocho de ellas militantes comunistas, durante una manifestación contra la Organización del Ejército Secreto (OAS), un grupo clandestino de militares y civiles que llevó una campaña terrorista y trató de matar al general De Gaulle por su política favorable a la independencia de Argelia. Todavía en 1978 Maurice Papon entró en el Gobierno de Raymond Barre, a título de gaullista.

La Liga Internacional contra el Racismo y el Antisemitismo (LICRA), que fue una de las acusadoras, expresó ayer su 'profunda amargura' ante una decisión que 'trasladará a la opinión pública el mensaje de que Maurice Papon fue condenado indebidamente y hará caer a las familias de las víctimas en la tentación de pensar que se les rehúsa el derecho a la justicia'.

La Asociación de Familias de Víctimas de la Deportación declaró también su temor al desconcierto que esto pueda causar entre ellos. Una de sus componentes, Juliette Benzazon, que perdió a 14 miembros de su familia en los campos de concentración nazis, insistió en que 'Papon debe purgar toda su condena'.