Sobre un timo
Hace un par de semanas cogí del buzón un folleto que prometía por parte del Gobierno vasco créditos a fondo perdido para poder comprar piso. Me pareció una solución razonable, que ya iba siendo hora de que llegaran a preocuparse de la personas que no pueden acceder a compra ni alquilar por el alto precio que alcanzan las viviendas.
Que el Gobierno se hiciera cargo, por medio de subvenciones, de la diferencia entre lo que una familia humilde puede aportar para la compra de la casa y su precio no me parecía descabellado, sino de justicia social. Llamé al teléfono que se indicaba en el folleto porque, aunque no necesite piso, tengo una amiga separada con dos hijas adolescentes que tiene que pagar todos los meses un alquiler de 80.000 pesetas con un salario escaso. Pensaba que le iba a dar una sorpresa con la noticia.
En ese teléfono del Gobierno vasco me dicen que el folleto es un timo, que quien lo ha hecho ha faltado al respeto a la gente que necesita una vivienda. A mí, sin embargo, me ha dado por pensar quién está timando a quién, quién está faltando al respeto a quién. El folleto seguramente generó ilusión a mucha gente como a mí, pero la respuesta del Gobierno vasco es que sólo es una 'ilusión', que la realidad es inamovible, que no resuelven nuestras necesidades, que la culpa la tienen quienes han hecho el folleto.
Pero yo creo que la responsabilidad de las situaciones que viven muchas personas por la falta de vivienda no la tienen quienes repartieron esos folletos, que con esa forma de protesta no han hecho pensar sobre el particular y reconocer a los culpables de esta situación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.