Martín Chirino coloca sus espirales de hierro forjado junto al Danubio

Los Reyes de España, dentro de la visita de Estado a la República Eslovaca, inauguraron ayer, en el Museo Danubiana de Cunovo, a 15 kilómetros de Bratislava, la exposición de esculturas de Martín Chirino que forma parte del programa Arte Español para el Exterior, organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (Seacex). Las esculturas de hierro forjado de Chirino, al borde del Danubio, testimonian el diálogo de la cultura en uno de los países que se aproximan a su integración en la Unión Europea.

La primera piedra del Museo Danubiana (www.danubiana.sk) se colocó el 11 de agosto de 1999 bajo un eclipse de sol. Ayer se convirtió en una fiesta española durante la apertura de la exposicion de Martín Chirino (Las Palmas de Gran Canaria, 1925), con 14 esculturas y 4 dibujos de una trayectoria artística de medio siglo. La comisaria de la muestra, María Luisa Martín de Argila, y el director del museo, Vincent Polakovic, acompañaron a don Juan Carlos y doña Sofía por las salas donde se han distribuido las piezas más significativas de las distintas etapas y series del artista. Estuvieron también presentes el director general de Relaciones Culturales y Científicas, Jesús Silva, y el presidente de la Seacex, Juan Carlos Elorza, en una de sus últimas intervenciones públicas antes de ocupar la dirección de la Academia de España en Roma. Después del recorrido, los Reyes charlaron con parte de los españoles residentes en la República Eslovaca, unos noventa, sobre todo profesores de español de los cinco institutos de bachillerato mixtos.

La exposición de Martín Chirino coincide con el final del semestre de presidencia española de la Unión Europea y forma parte del programa Arte Español para el Exterior. El objetivo principal es promover un mayor conocimiento y difusión del arte español contemporáneo y de la realidad cultural. En los últimos meses se han abierto y circulan ya exposiciones de Antonio Saura, Gustavo Torner, Manuel Rivera y José Caballero, a las que se suma Martín Chirino, que estará en Bratislava hasta finales de agosto para pasar también a una itinerancia, con paradas en Biarritz y Vitoria. 'La intención del programa es crear hasta 2005 una red de museos donde el arte español contemporáneo tenga presencia, sobre todo el de la segunda mitad del siglo XX, a la vez que se presenta una imagen de una España vanguardista, como corresponde al dinamismo de la sociedad', declaró ayer Jesús Silva. 'No podemos quedarnos en los tópicos de la cultura española'.

Itinerancias

En esta primera fase del programa, además de las exposiciones actuales, se preparan para el otoño otras itinerancias, sobre todo por Iberoamérica, con la obra de artistas como Tàpies, Feito, Arroyo, Millares, Barceló, Úrculo, Fajardo, Plensa, Herández Pijoan y Palazuelo. El proyecto no descuida otros programas del Ministerio de Asuntos Exteriores en materia cultural, como las bienales. Para la próxima edición de la Bienal de Venecia se ha nombrado comisaria a Rosa Martinex.

'Es un hecho extraordinario estar aquí, en este cruce de fronteras y ante la unidad de Europa que tanto nos cuesta', declaró Martín Chirino en el Museo Danubiana, un centro privado financiado por el coleccionista holandés Gerard H. Meulensteen -que pasa varios meses al año en Marbella-, donde ha colocado una colección de esculturas al aire libre de artistas de varios países en la península de 8.000 metros cuadrados que penetra en las aguas del Danubio, convertido en un enorme embalse. Entre Eslovaquia, Austria y Hungría, este pequeño centro de arte actual contiene en el interior de un cilindro la trayectoria de Martín Chirino, con piezas seleccionadas por María Luisa Martín de Argila, de varias colecciones, para señalar las distintas etapas del artista. Comienza con una composición de los años cincuenta, con su militancia en el grupo El Paso, y otra pieza sacada de los almacenes del Museo Nacional Reina Sofía, para seguir las décadas siguientes con los hierros forjados de sus espirales, vientos, aerovoros, máscaras, afrocanes y alfaguaras. En la actualidad, Chirino prepara obras monumentales para espacios públicos, como las piezas para la Universidad de Las Palmas, para una colección de Chicago, y una enorme espiral para el futuro museo de Manolo Millares en Las Palmas, en una plaza de cien metros de diámetro, que prepara con el arquitecto Lorenzo Fernández Ordóñez.

Al repasar un trabajo de cincuenta años, Martín Chirino confiesa que siente coherencia y seguridad. 'Reflexionar ahora sobre mi obra es como alejarse de aquel nomadismo a que nos sometimos por ausencia de tantas cosas y te convertías en un inadaptado, sin tener respaldo de tu propio país. Fuera de España me siento extranjero en cualquier sitio, incluso cuando trabajo en mi taller de Nueva York'.

Chirino dice que se siente un artista radical de vanguardia, en una generación que se comprometía con el arte y con la sociedad. Otros aspectos de su obra, como el espacio de la escultura, las escalas y los materiales, son analizados en el catálogo, con textos de Juan Manuel Bonet, Dore Ashton, Francisco Calvo Serraller, Serge Fauchereau y Emmanuel Guigon.