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SUMARIO | CUMBRE DE LA UE EN SEVILLA

Blair y Aznar quieren que la UE adopte sus tesis contra la inmigración ilegal

Los Quince pactarán en la cumbre de Sevilla el retraso de las negociaciones de adhesión

Carlos Yárnoz

José María Aznar y Tony Blair, el gran aliado de Madrid en este semestre de presidencia española de la UE, han impuesto la agenda para la cumbre europea que hoy se abre en Sevilla al incluir como prioridades la lucha contra la inmigración ilegal y la reforma del Consejo de la UE. Ambos intentarán imponer sus duras tesis frente a la prudencia exigida por Francia y Suecia en el primer caso y frente a los países pequeños en el segundo. Al apoyar a Holanda y Alemania, Blair sólo se alejará de Aznar cuando los Quince pacten retrasar las negociaciones de la ampliación, un proceso que entra en crisis.

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Participación:: Multiculturalismo e inmigración

La cumbre será recordada también por la huelga general que ha aguado a Aznar su recta final como presidente de la UE. El total protagonismo de Aznar en esta cumbre no está basado sólo en su calidad de presidente de la UE en ejercicio. La reunión de Sevilla, donde coincidirán 28 jefes de Estado o de Gobierno (los Quince más los de los países candidatos) y 58 ministros de Exteriores y Finanzas, es la primera cumbre europea que refleja el maremoto político registrado en Europa con el asalto conservador a sus respectivos Gobiernos en Austria (1999), Italia (2001), Dinamarca (2001), Portugal (marzo pasado), Holanda (mayo) y Francia (el pasado domingo). Por eso, el Consejo Europeo de Sevilla es el primero, desde hace una década, con mayoría de líderes de derechas. Como dato significativo, el francés Jacques Chirac acude hoy a la capital andaluza sin su primer ministro, Jean Pierre Raffarin, cuando desde 1997 ha estado siempre acompañado del defenestrado Lionel Jospin debido a la cohabitación.

Es en este nuevo contexto político, en el que tres Gobiernos cuentan con el apoyo expreso o la presencia de ministros de partidos ultraderechistas o xenófobos (Austria, Italia y Dinamarca), cuando Aznar y Blair lanzaron el mes pasado sus propuestas para combatir la inmigración ilegal.

Reforzar las fronteras

La estrategia europea contra la inmigración ilegal centrará la batalla más agria de esta nueva cita de los líderes de los Quince. Es el único capítulo en el que España no ha cedido un milímetro. El plan global puesto sobre la mesa, que prevé incluir la estrategia migratoria en la Política Exterior Común de los Quince, consiste en reforzar las fronteras de la UE, estrechar la colaboración policial de los Quince para que no se incremente la cifra de los al menos tres millones de clandestinos que hay en Europa, así como estudiar planes conjuntos de repatriación de ilegales. Otras propuestas consisten en establecer un banco de datos sobre demandantes de asilo (hubo 315.000 peticiones entre 1999 y 2000 y sólo se concedieron 27.500), elaborar en el futuro un reglamento sobre asilo o negociar acuerdos de readmisión con más países. Ahora ya se negocian acuerdos de este tipo con Marruecos, Macao, Rusia, Pakistán, Sri Lanka y Ucrania, pero los Quince quieren tenerlos también con Albania, Argelia, Turquía y China.

La mayoría de esas medidas ya han sido planteadas sin éxito por la Comisión, pero Aznar y Blair han sumado otras más polémicas. Así, España quiere que en todo acuerdo de cooperación con terceros países se incluyan cláusulas que les obliguen a colaborar en la lucha contra la inmigración ilegal. Además de incluir la readmisión de sus nacionales, los terceros países se comprometerían a considerar delito el tráfico de inmigrantes o a confiscar los bienes de las mafias. Pero los dos puntos más polémicos del documento, el undécimo y el decimotercero, señalan que, en caso de incumplimiento, la UE podrá 'revisar los créditos' concedidos a esos países o 'suspender el acuerdo' de cooperación.

Francia y Suecia, y en menor medida Luxemburgo o Finlandia, han puesto el grito en el cielo porque sostienen que 'los países ricos no pueden amenazar a los países pobres', en palabras del ministro francés de Exteriores, Dominique de Villepin. El Elíseo señaló ayer que es mejor 'alentar' a esos países a que colaboren en lugar de 'castigarles'. Por el contrario, Blair afirmó ayer en Londres que 'el crimen organizado internacional dirige un tráfico sofisticado de seres humanos a un nivel sin precedentes' por lo que los líderes están obligados a dar respuesta en esta cumbre a 'las preocupaciones prácticas' de los ciudadanos.

Aznar y Chirac tendrán que buscar un arreglo a su enfrentamiento en este terreno. Como intuían ayer varios diplomáticos, España dulcificará las menciones a los castigos y, a cambio del apoyo de Francia, será edulcorado el compromiso de lograr el equilibrio presupuestario en 2004, una meta a la que París se resiste.

En Sevilla, los Quince analizarán las primeras propuestas para reformar el Consejo de la UE y el modo de operar en las cumbres. Planteadas conjuntamente por Aznar y del secretario general de la UE, Javier Solana, la más importante consistirá en hacer valer las mayorías en las cumbres europeas, donde todo se determina por unanimidad. También en este caso, Francia se opone a romper tan drásticamente con la cultura del veto y abrir una etapa más democrática en el Consejo Europeo.

También hay resistencias a crear un nuevo Consejo de Asuntos Generales, desgajado del de Exteriores, y a reducir a una decena los 16 consejos sectoriales actuales. Al Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) no le agrada estas iniciativas que pueden suponer pérdida de peso de los titulares de Exteriores, que ya no serán los encargados de preparar las cumbres. La propuesta más original, aceptada mayoritariamente, es que las reuniones del Consejo de la UE sean públicas, incluso retransmitidas por televisión, cuando se aborden proyectos legislativos.

Todas esas iniciativas, de aprobarse, podrán aplicarse de inmediato porque no exigen cambios del Tratado. Las propuestas más polémicas sí lo exigen y por eso son planteadas sólo para su debate, no para ser aprobadas. Es el caso de la sustitución del sistema de presidencias semestrales por otras formadas por equipos de cinco o seis países durante dos años y medio y la elección de un presidente de la Unión entre ex líderes europeos.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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