La UE pacta un plan sobre inmigración ilegal que suaviza las propuestas españolas

Los Quince han consensuado en el último día de la cumbre de Sevilla un plan conjunto para luchar contra la inmigración ilegal cuyos objetivos quedan lejos de las propuestas iniciales españolas de castigar a los países que no controlen la salida de emigrantes clandestinos. La oposición francesa a medidas como "revisar los créditos" o "suspender los acuerdos de cooperación", expresada en la jornada de ayer, ha suavizado el texto final, que aparca las sanciones y tan sólo advierte de que la falta de cooperación por parte de un país podría dificultar sus relaciones con la Unión Europea.

En la lectura de las conclusiones de la reunión de los socios comunitarios, el presidente del Gobierno, José María Aznar, ha destacado la apuesta de la UE para afrontar este problema "sin demagogias y con realismo, y ha dicho que las medidas acordadas han sido consideradas "equilibradas" por todas las delegaciones.

El acuerdo adoptado sobre la base de la propuesta de compromiso de la presidencia española prevé que "una colaboración insuficiente por parte de un país podría dificultar la intensificación de las relaciones de dicho país con la Unión".

En este sentido, Aznar ha subrayado la necesidad de que la Europa comunitaria se dote de un mecanismo de evaluación de esa colaboración reservándose el derecho de actuar en consecuencia si no existe esa cooperación.

Además, los líderes han adoptado un calendario con una batería de medidas para poner en marcha una nueva política común de lucha contra la inmigración ilegal. Las medidas incluyen una revisión antes de finales de 2002 de la lista de países sometidos a visado y el lanzamiento del Sistema Común de Identificación de Visados. También han impulsado la puesta en marcha de una gestión coordinada de las fronteras exteriores de la Unión.

Calendario de ampliación

En cuanto al segundo punto fuerte de la reunión, la ampliación de la UE, Aznar ha señalado que se ha entrado "en el momento final de las negociaciones" para culminar ese proceso.

Prueba de ello, a su juicio, es que se ha ratificado totalmente el calendario previsto, que hará que antes de que acabe el año puedan concluir las negociaciones con hasta diez países candidatos, en el primer semestre de 2003 se firmen los correspondientes tratados de adhesión y, al año siguiente, participen ya en las elecciones al Parlamento Europeo.

Respecto a los dos países que quedarían fuera de esa primera ampliación, Rumanía y Bulgaria, Aznar ha remitido a las conclusiones del Consejo de Sevilla para elogiar los esfuerzos que están haciendo estos países para formar parte de la UE en una fase posterior.

En la misma línea, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, señala que se está cumpliendo el calendario para conseguir "reunificar el continente europeo en paz y seguridad, que es la prioridad absoluta de la Unión y de los cinco años de mi Comisión".