El peso relativo de la industria valenciana es muy superior al de la actividad turística

El peso relativo de la industria valenciana en el conjunto de España es muy superior al de la actividad turística, según se desprende del anuario económico de La Caixa. Los datos referidos al año 2000 revelan que la Comunidad Valenciana era la tercera de España por volumen de actividad industrial por debajo de Cataluña y casi a la par de Andalucía. Sin embargo, por volumen de actividad turística, la Comunidad Valenciana ocupa el sexto lugar muy por debajo de Canarias, Andalucía, Baleares o Cataluña, incluso dos puntos por debajo de Madrid.

El anuario de La Caixa ofrece una serie de indicadores relativos desglosados por comunidades autónomas obtenidos a partir de su cuota de contribución al Impuesto de Actividades Económicas. Así, el índice industrial, que incluye el sector de la construcción, se elabora tomando en consideración la aportación de cada comunidad a la recaudación total. Y en el caso de la Comunidad Valenciana arroja algunos resultados llamativos.

El peso relativo de la industria valenciana resulta ser muy poderoso. Sobre el conjunto de España, sólo Cataluña, muy distanciada, y Andalucía, ligeramente, superan la contribución de los industriales y constructores valencianos al IAE recaudado en toda España. La Comunidad Valenciana supera en más de un punto a Madrid y en dos al País Vasco, dos de las regiones más ricas del país, en cuanto a la actividad industrial.

Por contra, el índice relativo de actividad turística en la Comunidad Valenciana ocupa un sexto lugar, muy alejado de Canarias, Andalucía, Baleares o Cataluña, que doblan los indicadores valencianos, y se sitúa incluso dos puntos por debajo de Madrid.

El estudio de La Caixa recuerda que la contribución al IAE de los negocios turísticos guarda proporción directa con la categoría de los establecimientos, el número de habitaciones y su ocupación anual. Y considera que tales variables ofrecen 'un indicador de la oferta turística'.

Tales resultados ponen en entredicho algunas de las prioridades del Consell durante los últimos años, que ha destinado un gran esfuerzo económico al fomento de proyectos relacionados con la industria del ocio mientras ha dejado en segundo plano la modernización de la industria tradicional.

La importancia relativa de la industria merece especial atención porque, a pesar de su volumen relativo, el tejido industrial valenciano es muy frágil ante el fenómeno de la globalización económica.

'La industria valenciana es muy intensiva en mano de obra', comenta un profesor universitario, 'y resulta muy vulnerable frente a otros países donde los costes laborales son menores'.

La mayor demanda sobre productos valencianos hasta la fecha se concentra en sectores como el textil, cuero, calzado, industria de la madera y mueble o juguete, que concentran la inmensa mayoría de la contribución de la industria al PIB regional, al margen del poderoso sector del azulejo, y que requieren abundante mano de obra no cualificada.

El mercado único de la Unión Europea y los aranceles sobre terceros países constituye 'una barrera' que sostiene la producción industrial de la Comunidad Valencian, según la misma fuente, pero los grandes estados europeos no parecen dispuestos a sostener modelos de producción poco rentables en el futuro.

La tradicional vocación exportadora de la industria valenciana ya ha empezado a resentirse ante la competencia de terceros capaces de producir con menos costes laborales. Si entre 1985 y 1989, las exportaciones valencianas sumaban el 14,84% del volumen estatal; entre 1996 y 2000 han descendido tres puntos para situarse en un 11,88%.

Un tercer indicador que invita a cuidar la industria es la escasa productividad de los trabajadores valencianos en relación con el resto de España. Todos los analistas económicos coinciden al señalar que la productividad es clave a largo plazo.

La escasa especialización de la industria tradicional abocará a los productores en el futuro a ejercer como agentes comercializadores de la producción de terceros.

Sin embargo, los grandes proyectos emblemáticos desarrollados por la Generalitat desde que Eduardo Zaplana llegó al poder están concentrados en el ocio y el sector turístico, un ámbito con incidencia inmediata en el sector de la construcción pero capaz de absorver mano de obra poco cualificada y sometido, a la larga, a uno de los grandes problemas que arrastra hoy la industria valenciana. 'Un asiático es capaz de hacer camas tan bien como cualquier español', comenta el mismo profesor, 'y es seguro que se ofrecerá a hacerlas por menos dinero'.

La situación relativa de la provincia de Castellón en el seno de la Comunidad Valenciana se convierte en un modelo a seguir. La actividad turística tiene escaso peso en Castellón. Sin embargo, la industria de alta especialización concentra la actividad económica. El resultado es que los vecinos de Castellón son, con diferencia, los más ricos de la Comunidad Valenciana. Por contra, en la provincia de Alicante, donde se concentra el grueso de la actividad turística, que supera con creces el índice de actividad industrial, la renta de los vecinos resulta ser la más baja de la Comunidad Valenciana. Valencia más heterogénea, acoge a los más ricos y los más pobres.

El peso de todos los sectores considerados por el gabinete de estudios de La Caixa desborda al turismo en términos relativos en la Comunidad Valenciana. La actividad relacionada con el comercio minorista en territorio valenciano ocupa un cuarto lugar sólo superado por Cataluña, Andalucía y Madrid. Lo mismo que en los indicadores relativos al volumen del comercio mayorista, que arrojan resultados muy similares.

Considerados todos los sectores en conjunto, La Caixa fija un índice de actividad económica por comunidades, que también sitúa a la Comunidad Valenciana en el cuarto lugar, siempre por debajo de Cataluña, Madrid y Andalucía.

Poder adquistivo

La capacidad de consumo de los valencianos queda reflejada en otra tabla bajo el epígrafe de cuota de mercado, que se establece a partir de seis variables: población, número de teléfonos, automóviles, camiones, oficinas bancarias y actividades de comercio minorista. Tal indicador pretende establecer el poder adquisitivo de la población como un indicador para la gestión y planificación comercial de las empresas.

Andalucía ocupa el primer lugar en el conjunto de España por cuota de mercado, casi a la par que Cataluña. Pero la población andaluza considerada en el estudio supera los 7,4 millones de habitantes. La Comunidad Valenciana ocupa también el cuarto lugar en cuota de mercado, con un 10,5% sobre el conjunto y una población de 4,2 millones de habitantes.

Los datos relativos al nivel económico sitúan a la Comunidad Valenciana en una situación intermedia. A partir de un indicador que resulta de dividir los ingresos totales de las familias por el número de habitantes los vecinos más ricos de España son los residentes en Baleares, Cataluña, Madrid y Navarra, y disponen de más de 11.400 euros al año para gastar. Los residentes en Aragón, País Vasco o La Rioja ocupan una segunda franja inmediata por debajo de los más ricos. Les siguen los vecinos de Cantabria y La Rioja. Los valencianos ocupan un lugar intermedio a la baja, con una capacidad de gasto por habitante estimada entre 8.275 y 9.125 euros al año.