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Barcos ajustados a los criterios de Bruselas

La reforma pesquera propuesta por Bruselas 'no tendrá grandes efectos' en la flota del País Vasco. El viceconsejero de Pesca, Luis Miguel Macías, considera que el plan presentado por el comisario Franz Fischler es 'una mala noticia', aunque 'en modo alguno supondrá una reducción de barcos y la destrucción de puestos de trabajo' en el País Vasco. 'La flota vasca está dimensionada y ajustada a la cuota de pesca que tiene asignada', afirma Macías.

Esa flota se compone de unos 440 barcos (el 75% son de bajura), que dan trabajo a unos 4.200 tripulantes. El sector pesquero representa en torno al 1% del producto interior bruto y del empleo en Euskadi, aunque su repercusión socio-económica es mayor, pues genera 3,5 puestos de trabajo en tierra por cada uno en el mar. El valor medio de las descargas se estima en 240 millones de euros anuales.

El sector pesquero representa el 1% del PIB y del empleo en el País Vasco

El Gobierno vasco y los representantes del sector pesquero de la comunidad decidieron ayer constituir una mesa de seguimiento de la reforma de la Política Pesquera Común, aprobada el martes por Bruselas, durante un encuentro que mantuvieron para consensuar medidas. El viceconsejero de Pesca advierte de que los buques vascos son 'plenamente competitivos' después del plan de renovación de la flota. La UE 'tendrá que flexibilizar su postura si quiere conseguir el objetivo de reducir la sobreexplotación pesquera', a jucio de Macías.

Entretanto, los armadores del puerto de Ondarroa (Vizcaya) critican las 'trabas' que la UE 'está poniendo a la renovación de la flota', afirma Víctor Badiola. El presidente de las Cofradías de Guipúzcoa, Esteban Olaizola, también rechaza el plan de Fischler y apoya la petición realizada por el Gobierno vasco de fijar una moratoria hasta 2007 en la reducción de la flota pesquera.

En Cantabria, armadores y pescadores acogen con relativa tranquilidad las noticias que de Bruselas llegan sobre la reforma del sector. Fundamentalmente, porque la flota alcanzó aquí su modernización en el último quinquenio. No hay en Cantabria buques arrastreros que faenan en lejanos caladeros, pero sí 65 embarcaciones de cerco que hacen las campañas tradicionales de la merluza, el bonito, el berdel y la anchoa, principalmente. Tripulados por unos 14 hombres, 50 de estos barcos no tienen más de cuatro años. Así, el pretendido desguace afectaría sólo a una minoría. La reconversión se vio en esta comunidad autónoma estimulada por los fondos europeos del objetivo 1 y la importante ayuda del Gobierno regional. Sin embargo, otros temores se dejan sentir entre los pescadores: el decaimiento de las especies, que cada día se contempla con mayor inquietud.

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