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Entrevista:ANDER GONZÁLEZ ANTONA | Decano de Bellas Artes

'Hay que volver a coger los lápices'

Antes licenciarse en Bellas Artes, Ander González Antona ya eligió dedicarse a la docencia. 'Me gustaba el mundo del arte, pero no el mercado ni la distribución', explica. 'No quería hacer del arte un oficio sino una forma de pensar, de transmitir ideas y reflexionar: ser profesor'. Desde entonces, su actividad artística quedó reducida a su mundo privado y acaba en el trabajo en el estudio. Nadie verá fuera de su casa las fotografías, vídeos o incluso los dibujos que realiza, 'para aclarar conceptos', dice. Profesor de Audiovisual, su interés por los nuevos medios no le hace renunciar a las disciplinas tradicionales de las bellas artes. González Antona lamenta que la formación básica haya sido relegada y defiende recuperar el dibujo.

Pregunta. ¿Qué papel debe jugar hoy una facultad de Bellas Artes?

Respuesta. Nuestro entorno está cambiando desde una sociedad industrial a una sociedad de servicios, de generación de cultura y de ocio, y la facultad debe ser uno de los motores del cambio. Tenemos el gran reto de dar a la sociedad lo que nos está pidiendo, sin saber que nos lo está pidiendo. No podemos seguir con la academia atendiendo a no se qué cuestiones ancestrales, de viejo régimen.

P. ¿Cómo se concreta esa demanda?

R. La sociedad necesita nuevos licenciados que colaboren, que trabajen, que se metan en el nuevo entramado social. La facultad debe formarles. Tenemos que evolucionar desde aquella idea del arte del siglo XX, vanguardista, de cambio de sociedad, para entrar en otro concepto de cultura, colaborando con una nueva pedagogía de lo que es el arte y la cultura para colocarnos a la misma altura de otras ciudades importantes en estos campos en el mundo.

P. ¿Están profesores y alumnos en condiciones de hacerlo?

R. En condiciones, sí porque una universidad es siempre un hervidero de ideas. Aunque parezca mentira mirando desde fuera, dentro hay un hervor continuo de ideas y mucho dinamismo en un grupo importante de profesores y alumnos, aunque no sea generalizado.

P. ¿Ya no se consideran una fábrica de artistas?

R. Esa idea cambió hace muchos años. Desde que pasó de escuela superior a facultad, creció el número de alumnos. Cada curso salen unas 150 personas licenciadas en Bellas Artes. La sociedad no puede absorber 150 nuevos artistas todos los años. No fabricamos artistas, formamos personas que están preparadas para estar en el mundo artístico y cultural, para comprenderlo, influir en él, pero no para vivir del arte. Desde la Bauhaus y las escuelas del siglo XX nos han dicho que el arte también tenía que ser un oficio para la producción industrial. Aún así, un 15% o un 20% prefiere seguir en el mundo del arte, pese a las dificultades.

P. ¿Siguen formándose los estudiantes en las disciplinas tradicionales?

R. Hemos relajado mucho la formación en ese campo y tenemos que reenfocarlo. Con el cambio del plan de estudios hemos visto que damos poca importancia, por ejemplo, al dibujo. Me parece que debemos pensar qué es el dibujo y ver si sólo debemos dibujar con lápiz. Dibujar es una comprensión de la realidad y plasmarlo en un medio de representación. Los medios han cambiado, pero ¿saben dibujar? Es lo que yo dudo. No nos engañemos, no se puede aprender a dibujar leyendo. Hay que volver a coger los lápices; estoy seguro de que un buen dibujante sabe hacer una buena fotografía. Hemos confundido la formación clásica, del siglo XIX, con los fundamentos de las bellas artes. Pero estamos recuperando estos aprendizajes básicos.

P. ¿Lo entienden así los estudiantes?

R. Es nuestro trabajo conseguirlo.

P. ¿Cómo se compagina esa formación básica con el estímulo de la creatividad?

R. No tenemos ataduras, el estímulo funciona desde el principio. La creatividad, al fin y al cabo, es saber filtrar las ideas, y unirlas a los objetivos y los procedimientos.

P. ¿Y les enseñan las reglas profesionales con que funciona el mercado del arte?

R. Pretendemos hacerlo. Hemos incorporado al plan de estudios el montaje de exposiciones, la presentación de proyectos o el trato con galeristas, para dar la oportunidad a los alumnos que adquirir una experiencia. Disponemos de salas, donde, dentro de nuestras posibilidades, pueden montar exposiciones en unas condiciones mínimas de distribución de las obras e iluminación. Queremos que la facultad pueda gestionar un aula de exposiciones, para que el alumno pueda trabaja montando la exhibición de sus obras.

PERFIL

Ander González Antona (Bilbao, 1958) fue alumno de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco. Una vez licenciado, se convirtió, hace ya 16 años, en profesor de la sección de Audiovisuales del centro. Desde 1998, ocupa el cargo de decano.

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