Pakistán lanza un misil capaz de llevar cabezas nucleares, en desafío a India
'No queremos la guerra, pero estamos preparados para ella', asegura el presidente paquistaní
Pakistán realizó ayer con éxito, en el norte del país, el lanzamiento de un misil balístico de medio alcance tierra-tierra, capaz de transportar cabezas nucleares. Es la primera de la serie de pruebas que tiene previsto realizar hasta el martes. Esta demostración de fuerza militar se produce en pleno agravamiento del contencioso de Cachemira, la disputada región fronteriza entre India y Pakistán. Por noveno día consecutivo, se intercambiaron disparos en la frontera. 'Pakistán no quiere la guerra, pero está preparado para ella si fuera necesario', señaló ayer el presidente paquistaní, Pervez Musharraf.
Soldados paquistaníes e indios se enfrentaron en Cachemira por noveno día consecutivo
Pakistán lanzará más misiles de corto y medio alcance durante los próximos días
La artillería india y la paquistaní se enfrentaron ayer en un tiroteo en los altos de Kargil, en el norte de Cachemira, donde en 1999 ya se produjo un conflicto, según indicaron responsables indios. El misil que Pakistán probó ayer, tipo Hataf 5-Ghauri y con un alcance de 1.500 kilómetros, fue lanzado 'con éxito' según las informaciones proporcionadas por un responsable de los servicios de seguridad. 'El Ghauri puede transportar armamento convencional y cabezas nucleares con gran precisión', añadía un comunicado oficial del Ejército emitido tras el tercer ensayo con éxito de este tipo de misil. El Gobierno de Pakistán informó ayer a Nueva Delhi de su intención de proceder a una serie de lanzamientos de misiles de corto y medio alcance en los próximos días, aunque añadió que los ensayos no están relacionados con la tensa relación que sostiene con el país vecino.
Sin embargo, los analistas consideran la prueba como una demostración de fuerza disuasoria ante el agravamiento del conflicto existente entre estas dos potencias nucleares a propósito de la disputada región de Cachemira, en la región del Himalaya.
En este sentido, el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, señaló que Pakistán no quiere la guerra, pero que tampoco la teme. 'No queremos impresionarlos. Queremos defender nuestro país', señaló el general Musharraf en respuesta a las declaraciones de India durante un discurso ante los jefes religiosos reunidos en Islamabad con motivo de una fiesta por el aniversario del profeta Mahoma, ante los que ha reiterado la determinación de su Gobierno a terminar con el extremismo religioso y el terrorismo en su país.
Previamente, un portavoz indio del Ministerio de Defensa había manifestado que su Gobierno no estaba 'impresionado' por la prueba paquistaní. 'No tenemos ningún otro comentario que hacer, lo que teníamos que decir ya lo dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores', señaló el portavoz en referencia a un comunicado de este departamento, que interpreta las pruebas paquistaníes como un gesto 'dirigido obviamente a la audiencia nacional'.
En este sentido, el primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, declaró que la paciencia de su país 'tiene límites', al tiempo que ha asegurado no dar 'importancia' a la prueba de misiles.
India y Pakistán, que han librado tres guerras desde su independencia y partición en 1947, dos de ellas por el control de Cachemira, ingresaron en el verano de 1998 en el club nuclear, lo que desató el temor de que pudieran ser utilizadas en caso de otro choque armado.
Con el regreso del fantasma de una guerra nuclear en la zona, la comunidad internacional se ha movilizado para impedir un nuevo conflicto. China ha manifestado su confianza en que Pakistán e India 'muestren suma moderación y resuelvan sus disputas mediante el diálogo'.
El país más activo ha sido con todo Rusia, que ha invitado a los dirigentes de India y Pakistán a una reunión, que se celebraría a comienzos de junio, para impedir que el conflicto entre ambos países se agrave. Así lo ofreció ayer desde San Petersburgo el presidente del país, Vladimir Putin. Pakistán ya ha aceptado la invitación, mientras que un portavoz indio del Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que 'parece poco probable' que se celebre finalmente el encuentro.
Además, el presidente de EE UU, George W. Bush, de gira por Rusia, manifestó su 'profunda preocupación' por la crisis y presionó a los dos Estados para que reduzcan la tensión.
Mientras tanto, la tensión en la frontera, donde se encuentran apostados cerca de un millón de soldados, se cobró la noche del viernes nuevas víctimas. Siete personas perdieron la vida en los enfrentamientos entre separatistas islámicos y fuerzas de seguridad en la zona india de Cachemira, mientras que soldados paquistaníes e indios se enfrentaban en la frontera por noveno día consecutivo. Militares y policías indios rodearon, durante la noche del viernes, a un grupo de rebeldes que se escondían en el distrito de Rajuri, a 150 kilómetros de Jammu, la capital de invierno de la parte india de Cachemira, según la policía.
Cinco rebeldes y un policía y un soldado indios murieron en la operación, mientras que cuatro miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos y varios rebeldes lograron darse a la fuga. En otro incidente, seis policías resultaron heridos por los separatistas en el distrito de Udhampur, a 160 kilómetros de Jammu.
Además, un portavoz del Ejército indio declaró que las fuerzas paquistaníes bombardearon durante la noche del viernes los distritos de Poonch, Rajuri, Kathua y Samba, en el sur de la parte india de Cachemira, y que sus soldados respondieron con disparos de armas de poco calibre, morteros y ametralladoras.
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