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GIRA DE BUSH

Bush y Putin forjan una relación de aliados

EE UU y Rusia firman un tratado para reducir en dos tercios sus armas nucleares estratégicas

Pilar Bonet

Sobre los cimientos de la cooperación antiterrorista, el presidente de EE UU, George W. Bush, y el de Rusia, Vladímir Putin, avanzaron ayer en la forja de una nueva relación multilateral de múltiples posibilidades, que en algunos aspectos declararon ya como relaciones de 'aliados'. La firma del tratado de desarme estratégico, que reduce en dos tercios los arsenales heredados por ambos de la guerra fría, es sólo uno de los elementos del nuevo tejido bilateral, en el que, según reconoció el líder ruso, hay más propuestas e ideas de las que se plasman en los documentos oficiales. Ambos países van a potenciar los vínculos económicos. En adelante, petróleo, gas y energía nuclear figurarán en el temario de las cumbres bilaterales a todos los niveles.

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Texto:: Tratado de Moscú

La química entre estos dos personajes tan distintos entre sí funciona en apariencia. Bush y Putin se habían reunido por última vez en EE UU en noviembre del año pasado, tras haberse conocido en Liubliana, en junio del 2001, y posteriormente, en Génova y Shanghai. La primera visita de Bush a Rusia, que continúa hoy en San Petersburgo, es 'cualitativamente diferente a todas las anteriores visitas de los jefes de Estado norteamericanos', dijo ayer Putin en el Kremlin. En una rueda de prensa conjunta en la sala de San Andrés del palacio del Kremlin, Bush elogió reiteradamente el 'liderazgo' y la 'visión' de Putin, a las que atribuyó la creación del nuevo consejo entre Rusia y la OTAN. Putin calificó el mecanismo que se formalizará la semana próxima en Roma como una 'innovación internacional'. La época en que la OTAN y Rusia eran adversarios 'ha pasado', dijo Bush, y eso es 'bueno' para Rusia, para Estados Unidos, para Europa y para el mundo.

La declaración conjunta sobre las 'nuevas relaciones estratégicas' señala que Rusia y los miembros de la OTAN actúan en gran medida como 'aliados' en la lucha contra el terrorismo, la inestabilidad regional y otras amenazas modernas. La cumbre no allanó las diferencias sobre la política en torno a Irán, un tema en el que Putin contraatacó a las acusaciones de los norteamericanos, asegurando que Irán y 'algunos otros países' reciben 'tecnología y apoyo de empresas occidentales' para sus programas nucleares.

Como en Corea del Norte

Putin, que dijo estar dispuesto a demostrar su aseveración, manifestó también que la central nuclear que Washington se ha comprometido a construir en Corea del Norte es semejante a la que Rusia construye en Irán. El presidente ruso se mostró preocupado por los programas de misiles de Taiwan.

Poco antes de la una de la tarde, Putin y Bush estamparon su firma en el tratado de armamento, así como en la declaración sobre las 'nuevas relaciones estratégicas'. Además de estos documentos clave, firmaron cuatro declaraciones que abordan, respectivamente, la energía, las relaciones entre la sociedad civil de Rusia y EE UU, el conflicto de Oriente Próximo y la cooperación antiterrorista.

'Claro que no logramos fijar sobre el papel y formular en los tratados oficiales todas las ideas ni todas las iniciativas', reconoció Putin, indicando con ello que los debates con Bush tienen más dimensiones que las reflejadas por los documentos.

En sus 'nuevas relaciones estratégicas', Moscú y Washington son 'aliados en la lucha global contra el terrorismo internacional'. Ambos países continuarán colaborando para estabilizar la situación en Afganistán y reconocen tener un 'interés común' en estabilizar la situación en Asia Central y el sur del Cáucaso. Aclarando las ideas a quienes temen que EE UU esté cercando a Rusia, ambos líderes señalaron de forma explícita: 'Rusia y Estados Unidos rechazan el fallido modelo de rivalidad de las superpotencias, que sólo puede incrementar el potencial de conflicto en estas regiones'. El documento contempla la colaboración bilateral para resolver conflictos en diversas zonas del espacio possoviético, como Abjasia (Georgia), la región del Alto Karabaj (Azerbaiyán) y el Transdniester (Moldavia). El incremento de la cooperación antiterrorista se traducirá en un reforzamiento de la lucha contra la proliferación nuclear. Con esta nueva misión se prolongará ahora la existencia del comité conjunto que ha estado dedicado a Afganistán.

Los programas de disminución de la amenaza nuclear van a ser continuados y reforzados. Rusia y EE UU estudiarán la posibilidad de extender su ámbito a la destrucción de un mayor número de los materiales fisionables susceptibles de ser usados en la construcción de armamento. Ambos países colaborarán de forma más intensa en la destrucción de armas químicas. En lo que se refiere a la defensa antimisiles, trabajarán para 'reforzar la confianza y la transparencia', intercambiando información sobre los programas contra misiles y sobre los experimentos en este campo. Washington y Moscú han desempolvado la idea de poner en marcha un centro conjunto de intercambio de datos de los sistemas de prevención. Además, estudiarán la posibilidad de incrementar la 'colaboración práctica' para una defensa antimisiles para Europa, señala la declaración conjunta.

En primer plano, George W. Bush (izquierda) y Vladímir Putin. Detrás, sus esposas, Laura (izquierda) y Lyudmila, ayer en Moscú.
En primer plano, George W. Bush (izquierda) y Vladímir Putin. Detrás, sus esposas, Laura (izquierda) y Lyudmila, ayer en Moscú.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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