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Un libro recupera el trágico diario de la artista Marga Gil Roëset

Miércoles 27 de julio. '...Noche última... querría estar tanto a tu lado... y estoy sola... no... ¡estoy contigo sola! Yo así en la vida... estoy ..., tan inmensamente lejos de ti... ¡ay! aunque esté cerca... Pero en la muerte, ya nada me / separa de ti... sólo la muerte... sólo la muerte, sola... y, es ya... vida ¡tanto más cerca así...! ¡muerte... cómo te quiero!'. Son las últimas palabras que Marga Gil Roëset escribió, con su peculiar grafía, en su diario. Al día siguiente se pegó un tiro, tenía 24 años y se había enamorado de Juan Ramón Jiménez.

Marga Gil Roëset (1908-1932) fue una artista precoz. A los 12 años ilustraba libros y a los 15 esculpía con notable personalidad. A principios de 1932, una amiga común le presentó a Juan Ramón Jiménez y a Zenobia Camprubí y ella se enamoró del poeta cuando realizaba el busto de su esposa. El día de su muerte, Marga dejó su breve diario en casa de Juan Ramón y después destruyó casi toda su obra. La figura y la obra de Gil Roëset quedaron en el olvido durante 65 años. En 1997, Abc Cultural reprodujo el texto; hace dos años se hizo una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid; y ahora, su sobrina Marga Clark, hija de Julián Gil Roëset (hermano menor de la escultora), ha incluido fragmentos del diario en Amarga luz (Circe), una extraña novela, en la que mezcla en clave de ficción su propia vida con la de su tía. 'A veces tienes que recurrir a la ficción para llegar a la realidad. Es una historia de recuerdos familiares y también un homenaje a Marga, recordarla no sólo por la morbosidad de su muerte, sino por ella misma y por su obra', afirma Clark.

En casa de Juan Ramón

El diario se hallaba entre los papeles y objetos que se llevaron de casa de Juan Ramón en un saqueo al final de la guerra civil. Tras muchas gestiones y tiempo lograron recuperarlo y ahora se halla en la Fundación Juan Ramón Jiménez, en Moguer, que entregó a la familia de Marga Gil Roëset una copia. 'La familia nunca ha intentado recuperarlo. Me gustaría tenerlo, por supuesto, pero pienso que si Marga lo dejó en casa de Juan Ramón es porque quería que lo tuviese él', dice Clark.

Clark, que ha desarrollado gran parte de su carrera en Estados Unidos dedicada al cine y a la fotografía, cuenta que su familia siempre ha mantenido un gran secretismo sobre la historia de Marga. Por otra parte, hay cierta polémica entre la fundación, a quien le gustaría publicar el diario, tal como era el deseo de Juan Ramón y de Zenobia, y la familia, que nunca se ha mostrado muy partidaria. 'No queremos que se publique como un diario delirante, sino dentro de un contexto familiar', asegura la autora de Amarga luz.

En todo caso, lo más interesante de Amarga luz son precisamente los extractos del diario: '...Pues tus libros, Juan Ramón, los he robado yo... ¡robado!... está muy mal... y es una vergüenza horrible, y una indignidad... pero no había otro remedio... busqué antes bien por todos los sitios, créeme...'.

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