Los partidos vascos sellan un pacto para excluir a Batasuna de los ayuntamientos

Los partidos democráticos vascos consensuaron ayer en el marco de la Asociación de Municipios-Eudel un acuerdo unánime que irá al pleno de todos los ayuntamientos y que condena a ETA, se compromete en la defensa del Estado de Derecho y excluye de cualquier acuerdo político a quienes no lo secunden. Es el primer pacto unitario que alcanzan desde marzo de 1998, cuando se arruinó la Mesa de Ajuria Enea. El texto cita expresamente a los ediles de PP y PSE y compromete a las corporaciones a impulsar foros locales en su apoyo y a perseguir judicialmente a quienes les amenacen.

La medida de los cambios a los que han accedido finalmente PNV, EA e IU, los tres grupos que sustentan el Gobierno de Juan José Ibarrtexe, para salvar tras más de dos meses de tira y afloja la iniciativa del lehendakari del 22 de febrero, la dio la satisfacción que ayer mostraba el representante del PP en Eudel y alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso. 'Es un día de felicitación para todos', recalcó. Se trata de 'un texto impecable que marca una base compartida, al menos por los alcaldes del País Vasco, y espero que por las opciones políticas que representamos'. El socialista Alberto Buen, vicepresidente primero de Eudel y alcalde de Irún (Guipúzcoa), calificó el texto de 'gran acuerdo que permite seguir avanzando en la unidad'. Karmelo Sáinz de la Maza, del PNV, presidente de la asociación municipal y alcalde de Leoia (Vizcaya), vio en el acuerdo un 'motivo de enorme satisfacción e ilusión' y llamó a los ayuntamientos a 'ponerse en marcha en defensa de la libertad'.

La declaración, de cuya preparación el PP ha estado casi ausente hasta última hora, entró en los últimos días en serio riesgo de fracaso, hasta el punto de provocar anteayer un ultimátum del PSE al lehendakari. La situación se recondujo entre la noche del jueves y la mañana de ayer, hasta posibilitar incluso la firma de los populares.

El PNV y EA cedieron en muchos aspectos. Su borrador inicial no contenía siquiera una condena expresa de ETA, ni mencionaba a las víctimas de su persecución, de tal modo que Batasuna llegó a mostrarse dispuesta a facilitar su aprobación en los ayuntamientos absteniéndose. Tampoco se aludía al compromiso que más repercusión política tendrá: el que define la declaración acordada ayer como 'la base política imprescindible para cualquier acuerdo político', lo que en la práctica supondrá descartar a Batasuna de futuros pactos. Incluso el documento, llamado primero asépticamente Manifiesto de respeto a la pluralidad, pasa ahora a ser una Declaración cívica de defensa de la democracia y la libertad y de respeto a la pluralidad de la sociedad vasca.

Renuncia de los nacionalistas

Los nacionalistas renunciaron también a censurar la Ley de Partidos y la posible ilegalización de Batasuna. La única referencia al derecho de todos los proyectos políticos a la 'legalidad democrática' lo reserva a aquéllos que 'renuncian expresamente al uso de la violencia como instrumento de coacción' para conseguir sus objetivos. El PP y el PSE se conformaron con la referencia al 'Estado de derecho', sin mencionar explícitamente la Constitución ni el Estatuto de Gernika.

A la mesa en que se hizo público el acuerdo se sentaron juntos, por primera vez desde que en 1998 se sepultó el Pacto de Ajuria Enea, representantes de PNV, PP, PSE, EA e IU, abismalmente separados por el de Lizarra y que tras él sólo han coincidido en las manifestaciones contra ETA. El acuerdo se enviará a todos los ayuntamientos vascos para que lo ratifiquen en pleno y en próximos días será revisado por las ejecutivas de los partidos, aunque, de hecho, han estado presentes en la negociación.